No se afanen, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero nuestro Padre celestial sabe que tenemos necesidad de todas estas cosas.
Más buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas nos serán añadidas.
Mateo 6:31 al 34
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A lo largo de nuestras vidas nos esforzarnos siempre por tener una meta que cumplir, alcanzar un reto profesional, familiar, económico o material. ¿Cuántos de nuestros propósitos tienen que ver con el bienestar emocional? ¿La gente que nos rodea está en nuestras aspiraciones? ¿Nos preocupamos acaso por alcanzar la paz espiritual? No cabe duda, cuando atravesamos una crisis existencial es cuando estamos más cerca de Dios y entendemos la esencia de la vida.
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Vivimos día tras día, con nuestros pensamientos dirigidos hacia dicha meta; en ocasiones, descuidamos y dejamos de dar importancia a detalles “aparentemente pequeños”, que a diario nos acompañan y conforman nuestra vida.
Muchas veces poseemos grandes metas; pero pocas veces tenemos bien definido su propósito; y a veces tampoco mantenemos un enfoque claro de las consecuencias o beneficios que nos daría cumplir nuestros retos.
Muchos sueñan con ganarse la lotería; otros con comprarse una bonita casa; algunos comprar el auto de sus sueños; tener una buena cuenta de banco; recorrer el mundo; para otros más, su anhelo es verse realizados como profesionales. Para todos ellos, abrir tales puertas, se convertiría en la mejor noticia de ese día, y por consiguiente para su vida.
¡Seguramente yo entraría en algún renglón de los que he mencionado! También tengo metas que deseo fervientemente alcanzar.
Pero un simple hecho, de los que a diario descuidamos puede cambiar nuestra visión de ver las cosas; siendo así: ¿Qué podría realmente ser la mejor noticia del día?
Supongamos que por largo tiempo tratas de ganar la lotería; adquirir la casa de tus sueños; o recorrer el mundo; pero un día acudes al doctor, y luego de unos estudios recibes la noticia de que un cáncer vigila tu vida o la de un ser querido.- En ese mismo momento, la idea de la lotería, empieza a perder importancia, y de inmediato pasa a segundo plano, deja de ser “La noticia del día” y toma su lugar algo más importante como saberte sano, o impedir la pérdida de la persona que quieres.
¡Revisemos nuestras prioridades! Al final, mis propósitos, serán aquellos que me produzcan paz.
El secreto de nuestra felicidad, no está en obtener lo que deseamos, sino en redefinir lo que realmente necesitamos para tener una vida exitosa y tranquila en todo sentido. Esto significaría que no solamente me incluya a mí, sino a cada ser humano que se cruce en mi camino. En otras palabras: ¡Que con mi vida, yo pueda ser de bendición para otras vidas!
Definamos de una vez por todas: ¿Cuál podría ser la mejor noticia para mi vida? Es la bendición de Dios la que determina las posibilidades del hombre. Podemos sentirnos inundados de paz; aunque no hayamos recibido respuesta a ninguna de nuestras interrogantes. Recordemos que la vida es como una moneda, uno puede gastarla de la manera que quiera, pero la gasta sólo una vez.
Texto de la página Reflexiones Cristianas. Autor Lissandra Paredes.