Saber hacer bien lo que decimos y ofrecemos, es una ventaja frente a nuestros competidores.
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Ing. Alberto Quiroga Venegas
Las estadísticas de fracasos en los negocios suelen marcar siempre como la más importante causa a la incompetencia. De hecho, se calcula que cuatro de cada 10 negocios se vienen abajo por no poder competir adecuadamente.
En lo que a nuestro ramo toca, se supone que un taller que se anuncia como “Especialista en Fuel Injection”, tiene todas las capacidades para resolver la mayoría de las fallas en ese tema. Pero sabemos que es más fácil mandar a rotular la fachada, que realmente tener los conocimientos; no todos saben lo que deben y eso los lleva a la incompetencia que, a su vez, es la principal causa que aleja a los clientes.
Escondiéndose
Una mala estrategia frente a nuestra incompetencia es tratar de esconderla. En México existe un verdadero deporte en eso de buscar pretextos. El problema es que la incompetencia siempre sale a la superficie.
Es muy difícil convencer al cliente de que no es nuestra culpa que su auto lleve ya tres meses en el taller porque no encontramos la falla.
Podemos decir que no localizamos las refacciones, pero él se ofrecerá a buscarlas; podemos inventarle que es porque un trabajador no vino y eso retrasó todo, pero no lo creerá por más de una semana. Al final, la incompetencia aflora.
Hagamos un análisis de todos los problemas que vamos teniendo en el taller y tratemos de descubrir cuáles de ellos son causados por nuestra incompetencia.
Es verdad que existen problemas no originados por nosotros, como es el caso de que una pieza especial no la haya por ningún lado y debamos esperar a que la surtan. Pero si hacemos un estudio a conciencia, la sinceridad nos llevará a que muchos de los problemas son causados por nosotros mismos.
Síntomas de incompetencia
Como toda enfermedad, para descubrir si la padecemos, nos podemos hacer un chequeo de síntomas. Comencemos por señalar algunos problemas que nos revelan que estamos en desventaja frente a los competidores.
¿Falla continuamente en sus diagnósticos? ¿Batalla seguido para encontrar la verdadera falla?
Entonces puede padecer de incompetencia técnica, que es la causante de que tengamos que comprar refacciones que no son, desarmar partes incorrectas y ocupar tiempo excesivo en las reparaciones.
¿Siente que está cobrando menos de lo que gasta? ¿Sale poniendo en las reparaciones?
Entonces su problema es de incompetencia administrativa, que es la que lleva a un taller a cobrar “al tanteo” a veces dando caro y otras más barato, generando molestias en los clientes.
¿Sus trabajadores no le hacen caso? ¿Hay constantes conflictos internos? ¿Hay saboteo de reparaciones?
Aquí hablamos de incompetencia gerencial, que puede llegar a matar a un taller en corto tiempo porque es como un cáncer que carcome desde adentro.
Todos estos problemas y otros muchos más que no entran por falta de espacio, le van costando al taller mucho dinero y si no se corrigen acaban por ahogarlo. Cuando un taller se va acostumbrando a ellos, acaba por verlos como situaciones normales, y al no tener claro lo que cuestan no se dan cuenta de que están perdiendo.
Hoy tenemos la necesidad de considerar que la única forma de ser competente es por medio de la actualización y profesionalización constante en equipos, conocimientos, habilidades gerenciales y actitud de servicio.
Me despido invitándolos al Encuentro Técnico Automotriz 2011 en Expo Reforma, que se realizará el 14 y 15 de octubre próximo en la ciudad de México, en donde podremos conversar.