Aunque comienzan a verse señales de recuperación económica, la industria automotriz requiere tener cautela rumbo a 2023, explicó Armando Soto, fundador y director de la consultora Kaso & Asociados, durante la conferencia “Perspectiva de la industria automotriz”, celebrada en el marco del Foro automotor AMDA 2022.
El analista explicó que, al igual que la economía global, la industria automotriz ha sido afectada por diversos factores.
En primera instancia, señaló, el surgimiento de la pandemia de Covid-19. Un año después, el desequilibrio de la cadena de suministros por la escasez de componentes. Y, finalmente, este 2023 por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Indicó que lo anterior ha provocado caídas en la actividad económica, la inversión y el comercio. Además de que se rompió la relación de la oferta y la demanda en diversos sectores.
“Esta situación ha provocado que los mercados de valores hayan caído ante los crecientes temores de una posible estanflación o recesión global. Estamos observado tasas de inflación que no se veían en 40 años”, apuntó.
Fortalecer a la industria automotriz
Sin embargo, a pesar del contexto, destacó que comienzan a verse ciertas señales de recuperación económica que beneficiarán a la industria automotriz.
No obstante, advirtió que existen retos para fortalecer a la industria, por lo que espacios como el Foro automotor AMDA 2022 son sustanciales para analizarlos.
“Uno de los principales desafíos es iniciar e impulsar la reestructura operativa necesaria para crear una industria orientada hacia la fabricación de los vehículos electrificados. Se requieren nuevas inversiones en plantas, una correcta explotación de recursos como el litio y la atracción y desarrollo de proveedores de componentes”, explicó.
Subrayó la importancia de la recomposición de la oferta del mercado doméstico. Expresó que en esta tarea se requerirán nuevos niveles de equilibrio en inventario y la recomposición de los tamaños de las redes de distribuidores.
Asimismo, resaltó el avance de las empresas chinas, quienes en 2019 representaban el uno por ciento del mercado, mientras que de enero a septiembre de 2022 representaron el 11 por ciento.