Lincoln: historia de lujo y calidad |
Para hablar de la industria automotriz contemporánea y de toda la gama de modelos de lujo que hoy nos encontramos en los diferentes salones del automóvil del mundo, necesitamos dar un paseo por la historia. |
En esta ocasión hablaremos de la historia del Ford Lincoln, el auto que vino a revolucionar el segmento de lujo desde principios del siglo pasado y hasta nuestros días. El Ford Lincoln conoció las calles y caminos del México de principios de siglo veinte.
La revista El Automóvil en México narró la hazaña de Othon Velez, gerente de ventas de una concesionaria Lincoln, cuando viajó de la Ciudad de México al puerto de Veracruz en donde debía entregar un auto de esa marca, enfrentándose a todas las adversidades del camino.
El Lincoln marca el inicio de una leyenda en la industria automotriz no sólo de Estados Unidos sino del mundo entero, tanto por el lujo como por la calidad y precisión con que fueron fabricados.
En su producción en serie y proceso de calidad participaron dos personajes de reconocido prestigio en la industria automotriz de la época: Henry Ford y Henry Leland, constructores no sólo de automóviles y motores sino de la vida moderna. “El primero, un exitoso empresario cuya visión se enfocaba a automóviles de bajo costo hechos en serie. El segundo, un extraordinario ingeniero cuyas ideas y dedicación le había ganado la fama de profundo amante de la calidad”, por ello es que la historia moderna no se entiende sin los mencionados personajes del mundo de la industria automotriz.
Y mientras en Estados Unidos la industria automotriz surgía como un gigante, el mundo se convulsionaba con la Primera Guerra Mundial. En Rusia se llevaba a cabo la revolución para acabar con el antiguo régimen. Y en México se vivía en plenitud la época postrevolucionaria, los años de la reconstrucción.
Ese año, 1917, Henry Leland, que había dejado GM y Cadillac, ganó un contrato con el gobierno norteamericano para proveer a las fuerzas aliadas con motores que se hicieron famosos por su durabilidad y desempeño. La nueva compañía se llamó como el ídolo del señor Leland, Abraham Lincoln.
Después de la Gran Guerra Henry Leland se dio a la tarea de hacer un automóvil superior, que rebasara todos los estándares de la industria, una verdadera joya de ingeniería. El resultado fue el primer automóvil Lincoln: el “Lincoln Opera Coupé”.
La publicidad para promocionar el Lincoln decía: “La profunda satisfacción de poseer un Lincoln no es más que el resultado natural de la extraordinaria habilidad técnica y experiencia de sus fabricantes. –Se produce con pericia y esmero en una de las plantas de precisión más famosas del mundo-. Y, desde el primero hasta el último de los kilómetros de su recorrido, produce en su dueño la convicción de que es “un automóvil tan perfecto como es posible producir”.
Ante la depresión de la guerra, muy poca gente podía darse el lujo de comprar un automóvil de tanta calidad como el Lincoln. Sin embargo en 1922 se realizó una fusión muy importante, Ford Motor Company adquirió en ocho millones de dólares a Lincoln y funda la Lincoln Motor Company que bajo la tutela de Edsel Ford desafiaría a las sofisticadas marcas europeas estableciendo una línea de lujo pero con los procesos de Ford.
Entusiasmados por el auge que estaba teniendo la industria automotriz no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero, y a lo cual se sumaba la reciente adquisición de Lincoln, sinónimos de “autos de calidad” Edsel Ford, hijo de Henry Ford, dijo: “Hemos construido más automóviles que cualquier otro, ahora construiremos mejores automóviles que cualquier otro”.
A partir de esa fusión la compañía fue creciendo y desarrollando automóviles de mayor calidad y adueñandose del gusto del público por su extraordinaria elegancia y el suntuoso lujo de sus automóviles. Algunos de estos modelos hicieron historia, pues presidentes norteamericanos como Eisenhower, Kennedy y Johnson tenían uno en casa, además del que utilizaban en eventos oficiales. A Plutarco Elías Calles se le llegó a ver manejando un Lincoln camino a una de sus propiedades rurales conducido por él mismo.
Más información en Alianza Automotriz 315 junio de 2005