Japón solicita estabilidad

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La Cámara de Senadores ratificó el Acuerdo para el Fortalecimiento de la Asociación Económica entre México y Japón, sin duda, un logro que representa también la firma de un tratado comercial más, pero en esta ocasión el socio representa la puerta a un mercado que no aún no ha sido explorado del todo.

Los objetivos del Acuerdo tienen la base en estrechar los lazos de cooperación con la nación nipona, mediante un esquema de comercio preferencial, fomento productivo exportador, así como la promoción de acciones de apoyo a pequeñas y medianas empresas, promoción del comercio y la inversión, la educación y los recursos humanos, además del intercambio científico y tecnológico.

Todo lo anterior es primordial, pero el país asiático solicita otros requisitos para llevar a buenos términos esta relación comercial. Entre esas prioridades se encuentran un marco jurídico certero, y seguridad para las empresas japonesas para mejorar el clima de negocios con México.

Por ejemplo: para protegerse de la delincuencia las compañías gastan alrededor de 1.7 millones de dólares, cuando la empresa pierde en un sólo robo 1.3 millones de dólares. Además, solicitan que los trámites en aduanas no sean tan lentos, junto con la eliminación de la entrada ilegal de mercancías, con los famosos precios dumping.

Esto con el fin de proteger a 542 empresas japonesas que generan 120 mil empleos, de manera sustancial en las ramas electrónica y automotriz, pero que en el intercambio de bienes y servicios entre ambos países, el déficit es de mil 201 millones de dólares.

No obstante, la inversión japonesa en nuestra nación podría alcanzar los 12 mil 700 millones de dólares en los próximos 10 años, lo que significa una cifra de mil 300 millones de dólares por año. De esta manera, la participación de Japón en la Inversión Extranjera Directa (IED) en México es de 10 a 15 por ciento.

Dicho Acuerdo entrará en vigor a partir del primero de abril del 2005, fecha en la que se espera también un repunte de ambas economías, pues actualmente el país oriental vive una crisis en su producción industrial, que cayó 1.6 por ciento; el desempleo creció 0.1 por ciento para establecer la cifra de 4.7 por ciento.

Por nuestra parte, se estima un crecimiento de 4 por ciento al cierre del 2004, con el aumento del empleo en 5 puntos porcentuales, sin embargo, el ambiente político mexicano no vive uno de sus mejores momentos; la inseguridad pública está latente y la garantía de un veraz repunte económico, siguen siendo los grandes pendientes.

A esto se enfrentarán los inversionistas del país del sol naciente, por eso ya anunciaron sus requerimientos, sólo es cuestión de esperar si serán tomados en cuenta, no tanto por la actual administración que en menos de dos años se retira; sino para el siguiente sexenio, que tendrá la tarea de “echar a andar” las reformas estructurales y los planes estratégicos ya muy anunciados.

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