Los recuerdos se agolpan en su mente, con voz calmada, Antonio López Guajardo, fundador y director general de Mayoreo López Díaz, rememora una historia de más de 60 años de arduo trabajo y éxito.
INICIOS
“Soy de Acámbaro, Guanajuato”, dice con orgullo. “Nací en 1936, tengo 83 años”. Su voz adquiere un tono de gozo cuando recuerda su infancia feliz y tranquila en la pequeña ciudad del Bajío, misma que tuvo que dejar al terminar la secundaria para trasladarse a la Ciudad de México para continuar sus estudios.
Su padre, médico de profesión, movió a toda la familia ya que en Acámbaro, en esa época, no había escuelas superiores.
“La adaptación no fue difícil. ¡En la ciudad uno tiene que estar a las vivas con toda la gente!”, dijo sonriente. Y es que llegar de una localidad tranquila a la capital, le causó sorpresa, pero pronto se adaptó a su nueva vida.
Su llegada a la capital marcó su destino, ya que aquí se encontró con el negocio que cambio su vida, las refacciones.
La familia de su madre tenía una refaccionaría y sus tíos “Los Guajardo” lo invitaron a su negocio, él se empapó de este mundo y a los 20 años decidió abrir su primera empresa, primero en la venta de aceite, y con el paso del tiempo comenzó a vender bujías y filtros, entre otros productos, así nació Refaccionaria Antonio López Guajardo. “Poco a poco crecimos, con sus altas y bajas, actualmente tenemos 61 años de operaciones”, recordó.
La llegada de Mayoreo López Díaz
El crecimiento de la refaccionaría, gracias al buen manejo financiero y refacciones de calidad, más la necesidad de contar con un inventario de partes mucho más amplio, lo obligó a emprender un nuevo proyecto.
“El 31 de julio de 1989 nació Mayoreo López Díaz para hacer la diferencia en operaciones mayoristas”, afirmó su socio fundador, y “en 1991 obtuvimos la distribución mayorista de autopartes ACDelco de General Motors. Actualmente somos el distribuidor más especializado en aplicaciones GM”, agregó.
Para Antonio López, la calidad es un valor fundamental para el cliente. “Siempre hemos tenido líneas de prestigio, no nos gusta meter componentes que carezcan de excelencia”, afirmó el directivo.
Por este motivo, la creación de Mayoreo López Díaz lo impulsó a adquirir un predio más amplio en el norte de la Ciudad de México, sede donde almacena y distribuye los más de 15 mil números de parte que comercializa. “Nuestro crecimiento nos rebasó”, señaló el también director general.
No obstante, la compañía no tiene planes inmediatos de abrir nuevas sucursales, pues desde sus instalaciones se llevan a cabo todas las operaciones.
¿El secreto de su éxito? “La honestidad, para mí es algo fundamental en los negocios, así como el trabajo y la lealtad”. Valores que inculcó en sus hijos Miguel y Antonio, quienes se sumaron en el camino al trabajo de la empresa y apoyaron para hacerla crecer.
El nombre de López Díaz proviene de sus hijos, quienes actualmente trabajan en diversas áreas de la empresa y dan seguimiento a la labor del jefe de familia. “Sin el apoyo de Antonio y Miguel esto no hubiera crecido”, indicó.
Retos superados
Como todos los negocios, la familia ha enfrentado problemas complicados, mismos que resolvieron en equipo. Uno de los más recordados fue la devaluación de 1994: “Teníamos mucha deuda en dólares y nos vimos apretados, pero, poco a poco lo superamos…”, compartió.
Otro de los desafíos que enfrentan día con día es la digitalización. “El 77% de nuestros pedidos, los recibimos en línea”, explicó.
Para entrar de lleno al mundo digital han capacitado a su personal en las últimas aplicaciones automotrices, así como en modernos sistemas de operación y administración.
Al finalizar la entrevista, Antonio López se levanta de su silla, mira a su alrededor y ve el fruto de su trabajo. “Le doy gracias a Dios, que me haya protegido y nos haya abierto muchas puertas”.