Arreglar y mantener autos antiguos arroja una derrama económica en México por arriba de 500 millones de pesos anuales
Coleccionar autos antiguos es una de las aficiones más caras del mundo, donde adquirir o mantener una pieza en óptimas condiciones resulta una gran inversión a largo plazo.
Según datos de esta industria, en México existen alrededor de 800 coleccionistas de automóviles clásicos antiguos, distribuidos en 25 clubes y asociaciones, los cuales generan una derrama económica de aproximadamente 300 millones de pesos anuales en la restauración de 1,500 piezas que conforman el parque automotriz de este segmento.
Sin embargo, dicha cifra se incrementa a 500 millones de pesos, pues existen alrededor de 200 vehículos más que no están afiliados a organización alguna que generan 200 millones de pesos sólo en restauración.
Francisco Name, presidente ejecutivo de Promoclave, compañía organizadora del Gran Concurso Internacional de Elegancia de Club Jaguar, comentó que el mantenimiento y la restauración son una labor muy importante de los coleccionistas.
“Un auto por el hecho de que pase el tiempo está expuesto a los cambios de clima, por lo que uno de los retos es invertir y conseguir las piezas, más aun en aquellos de fabricación limitada. Incluso, hay personas que lo desarman completamente para después armarlo pieza por pieza”, explicó en entrevista para Alianza Automotriz, durante el Vigésimo Concurso de Elegancia, realizado en Huixquilucan, Estado de México.
Mantenimiento y restauración
Para un coleccionista mexicano que tiene cuatro automóviles del tipo, como es el caso de Carlos Ramos, cuesta alrededor de 40 mil pesos anuales mantenerlos en óptimas condiciones, pero sólo en revisiones básicas; sin embargo, de requerir una restauración mayor, el gasto llega a dispararse.
Aclaró que los autos convertibles son los que más se desgastan, debido a que se exponen al agua y sus piezas son más caras.
Con más de 20 años en la afición, el directivo manifestó que los autos antiguos tienen su magia en el tiempo. “La historia se plasma y si el vehículo es exclusivo de edición limitada, su valor puede hasta triplicarse por la escasez de las refacciones”.
En la experiencia de Pedro Rivera, quien cuenta con un Ford Skyliner 1958, la historia no es distinta, pues es un vehículo de edición limitada.
“Lo conseguí a un precio no muy elevado, pero generalmente hay que arreglarlos, lo cual es un costo muy alto, y aunque el mantenimiento no es caro con uso normal, cuyo cantidad promedio anual asciende a alrededor de cuatro mil pesos, cuando lo adquirí (100 mil pesos), le agregué cerca de 60 mil pesos en su restauración”, destacó.
Aseguró que tan sólo un emblema llega a costar mil 500 pesos.
Por su parte, Raúl Orozco, dueño de un Ford Fair Line 1955 convertible, expresó que si un auto participa en un concurso también requiere de una alta inversión en su preparación. E incluso, para adquirir las piezas es necesario trasladarse a Estados Unidos o Europa, pues es mejor comprarlas nuevas que usadas o maltratadas como las que se comercializan en México.