El crecimiento de los vehículos eléctricos (VE) avanza a un ritmo acelerado y ya no se limita al ámbito automotriz. Ciudades y países de todo el mundo han fijado objetivos claros para incrementar su adopción, acompañados de políticas públicas e incentivos que impulsan la transición hacia una movilidad más limpia.
En paralelo, las redes de recarga crecen con rapidez y se consolidan como un componente estratégico tanto para la planeación urbana como para la inversión privada.
En este nuevo escenario, la electromovilidad se ha convertido en un factor clave para el sector inmobiliario.
Cada vez más desarrolladores integran infraestructura de recarga en sus proyectos como respuesta a una demanda creciente, al tiempo que fortalecen su propuesta de valor y aseguran la vigencia de sus desarrollos a largo plazo. Ya no se trata de una innovación marginal, sino de una necesidad que marca la diferencia en un mercado altamente competitivo.
En desarrollos residenciales, comerciales y de uso mixto, la presencia de cargadores ha dejado de ser una amenidad opcional para convertirse en un elemento decisivo para compradores y arrendatarios. Contar con estaciones de recarga en estacionamientos y áreas comunes influye directamente en la elección de un inmueble, lo que ha llevado a los desarrolladores a diseñar edificios “EV-ready”, con previsión técnica y optimización de costos desde la etapa de planeación.
“En muy poco tiempo, tener cargadores para vehículos eléctricos será tan fundamental como contar con estacionamiento o conexión a internet. Los desarrollos que no adopten esta tecnología corren el riesgo de rezagarse”, señaló Carlos Levy, Director de VEMO Charging Network (VCN), la red de recarga pública más robusta y confiable de México.
La consolidación de los VE como una realidad de consumo masivo también impacta en la comercialización de los proyectos. Los inmuebles que integran soluciones de recarga tienden a alcanzar mayor plusvalía, atraer más usuarios y generar mayor afluencia en centros comerciales, hoteles y corporativos. Además, esta infraestructura facilita la obtención de certificaciones ambientales internacionales como LEED, EDGE o WELL, reforzando la imagen de los desarrollos como proyectos con enfoque en sostenibilidad.
“La infraestructura de recarga es absolutamente crítica. Sin cargadores, la adopción de vehículos eléctricos simplemente no sucede, y la ansiedad de rango sigue siendo una barrera real”, agregó Levy.
Con más de 1,400 puntos de recarga en 18 estados y más de 85,000 sesiones mensuales, VEMO impulsa un ecosistema que no solo mejora la experiencia de los usuarios, sino que también incrementa el valor y la competitividad de los desarrollos inmobiliarios del futuro.