A 25 años del lanzamiento al mercado del primer modelo de BMW con sistema de tracción en las cuatro ruedas, el fabricante autos Premium también ha logrado ocupar un lugar privilegiado en el mercado mundial de los vehículos con tracción total.
De hecho el 25 por ciento de los modelos BMW vendidos en todo el mundo están equipados con el sistema BMW xDrive.
Actualmente la marca ofrece 45 modelos con xDrive, sistema que permite distribuir de manera variable el momento de impulsión entre las ruedas delanteras y las traseras. Las opciones van desde los modelos X de BMW hasta los de las Series 3, 5 y 7 de BMW.
En el año 1985 se estrenó el primer BMW Serie 3 con tracción total, para ampliar la gama de modelos y ofrecer una alternativa frente a la tracción trasera, tradicionalmente típica de la marca.
La actual versión del sistema de tracción total BMW xDrive cumple estas expectativas más holgadamente que nunca. Incluyendo el sistema de tracción total y el sistema de gestión del chasis ICM (Integrated Chassis Management) en una misma red.
El sistema es capaz de detectar y analizar cualquier situación dinámica, con el fin de activar a tiempo los sistemas de regulación que correspondan.
La reacción del sistema puede limitarse a la gestión de la tracción total xDrive, pero también puede incluir la activación del sistema de regulación de la estabilidad DSC (Dynamic Stability Control) y del Performance Control.
La distribución de la fuerza varía rápidamente y con gran precisión, de modo que el auto mantiene la maniobrabilidad que distingue a todos los vehículos de la marca BMW, aunque el conductor esté trazando curvas a gran velocidad.
BMW realiza el reglaje de su sistema xDrive para que el automóvil mantenga básicamente las características propias de un auto con tracción trasera. Ello significa que también los vehículos con tracción total de BMW aplican la mayor parte del momento de impulsión en las ruedas traseras, es decir, en las que los modelos de la marca de tracción en un solo eje transforman óptimamente la potencia en dinamismo.
El sistema xDrive de última generación desvía una mayor parte de la fuerza de impulsión hacia las ruedas posteriores, en aras de un funcionamiento más preciso de la dirección y para conseguir que el vehículo se mantenga más fiel a su trayectoria.