50 años en México |
Con cincuenta años en territorio nacional, por las carreteras mexicanas han circulado desde el famoso “Vocho” hasta el New Betlee y de reciente incorporación el Lupo, pero VW no son sólo sus modelos, también es su historia, presencia y fuerza laboral, sin duda la columna de la firma. |
Oscar García/Luis Muñoz
Volkswagen (VW) es dueño de una larga historia y tradición en el mercado mexicano. Desde que llegara a este país en marzo de 1954, con motivo de la exposición “Alemania y su Industria”, entrarían las primeras unidades del legendario Sedan. Han transcurrido 50 años y la firma es una de las más sólidas en nuestro territorio.
En aquel año, México tenía 30 millones de habitantes. Por las carreteras circulaban cerca de medio millón de vehículos, los cuales, en su mayoría, eran grandes automóviles lujosos de más de cuatro cilindros cuyo consumo de gasolina, refacciones y servicio eran muy costosos.
Los autos compactos, especialmente los de procedencia europea, no eran conocidos y sus ventas muy bajas. No obstante, el buen comienzo en Estados Unidos y Brasil, la entrada de VW al mercado nacional era considerada como una aventura financiera.
Los inicios
Un grupo de inversionistas, dentro de los que destacan Ernesto Krause, Manuel Hinke Jr. y el Príncipe Alfonso von Hohenlohe, iniciaron la importación directa de la casa matriz en Wolfsburg, Alemania, creando la Compañía Volkswagen Mexicana y establecer distribuidoras en la ciudad de México y posteriormente en Puebla, Monterrey y Torreón.
En 1960 Volkswagen Mexicana cambió su denominación por VW Interamericana y un par de años más adelante la dirección de esta empresa fundó una planta propia de ensamble: Promotora Mexicana de Automóviles (PROMEXA), en la que se integraron otros dos nuevos socios, los señores Rómulo O´Farril y Edmundo Stierle.
En PROMEXA no sólo se realizaba el montaje del Sedan; también se desarrollaba el ensamble de motores y ejes, maquinado mecánico de las cabezas de cilindros y cajas de cigüeñal.
Tal fue el éxito del Sedan que después de largas negociaciones entre los accionistas y Volkswagen AG, esta última decidió adquirir PROMEXA. Una vez a cargo de la empresa, desde Alemania llegó el primer grupo que integraría el Consejo Ejecutivo; entre sus principales acciones se constituyó, el 15 de enero de 1964, Volkswagen de México S.A. de C.V. y cuya presidencia estaría a cargo de Hans Barschkis.
Tras la necesidad de expandir sus actividades, la compañía establece su sede definitiva en las afueras de Puebla (la cuarta ciudad más grande del país) a unos 125 kilómetros de la ciudad de México, para proveer de sus productos al mercado nacional. Aquí se produjo el “escarabajo” hasta el 30 de julio del 2003, fecha en que se detuvo definitivamente su línea de ensamble. El “Vocho” se ganó un lugar de honor en el corazón de los mexicanos y desde luego en la historia automotriz de nuestro territorio.