Los vehículos eléctricos (VE) en México han tenido un boom en los últimos cinco años. Muchos conductores están optando por reducir sus emisiones contaminantes y se están atreviendo a trasladarse en autos de nuevas energías. Sin embargo, el uso de este tipo de unidades trae consigo la necesidad de especialización para las compañías de seguros vehiculares.
Durante el panel “Seguros de auto en la era de la electromovilidad”, tres expertos analizaron el panorama actual de movilidad eléctrica en el país. Diana Avalos, Directora Ejecutiva de la Asociación Mexicana de Impulso al Vehículo Eléctrico, mencionó que además de los usuarios, las empresas se están dando cuenta de la sustentabilidad de los VE.
Por su parte, Fernando Mejía, Subdirector de Afinidad y Canal Directo en Seguros Sura, señaló que la preocupación principal para las aseguradoras en este aspecto son las baterías.
El costo promedio de una reparación para un VE es de 38 mil a 40 mil pesos”, puntualizaron los expertos.
En su participación, Juan Carlos Alonso, Socio Director de Autos en Grupo Interesse, subrayó que la mayoría de incidencias de este tipo de autos son los “golpes lamineros”. Estos accidentes se deben, según el experto, a que los VE generan mayor torque que los autos de combustión interna.
No es tan sencillo
Los seguros de auto se enfrentan a un gran problema para cubrir los daños de VE. Estas unidades requieren de especial atención por la electricidad, no pueden ser trasladados a cualquier taller para una revisión y, por último, aún no se saben todos los escenarios adversos que pueden enfrentar.
En este sentido, Avalos señaló que uno de los grandes problemas de la electromovilidad en México es la infraestructura de carga. La especialista dijo que la mayoría de usuarios creen que basta con poner el cargador en su casa; sin embargo, no consideran la cantidad de voltaje necesaria. Además, se suma la ignorancia de los vendedores en el tema, quienes no informan de forma completa al cliente.
Si el vehículo dice que puede cargar en sólo 40 minutos, no significa que mi red eléctrica tenga la capacidad de soportar esa actividad. El vehículo sí tiene la capacidad para hacerlo, pero tengo que saber si la infraestructura de mi hogar puede soportar esa cantidad de energía”, señaló la representante de AMIVE.

El panel mencionó que otro “pequeño gran detalle” son las refacciones y el personal capacitado para las reparaciones de VE. En este sentido, algunas marcas no cuentan con un servicio postventa integral para este tipo de unidades. Se suma también la falta de capital humano especializado en este tema, ya que no cualquier técnico automotriz es capaz de intervenir un producto de este tipo.
Finamente, los expertos coincidieron en que se debe empezar a abordar de forma seria por parte de aseguradoras y marcas el tema. Por su parte, los usuarios de VE deben comenzar a informarse sobre el automóvil que están adquiriendo y las responsabilidad que este implica en cuanto a costos y seguridad.
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