En la actualidad, algunas personas creen que tener una auto blindado es un lujo al que no todos tienen acceso, sin embargo, ese es uno de los mitos más recurrentes en torno a esta industria.
Uno de los mitos más populares es el creer afirmar que el blindaje afecta el funcionamiento y la estética del auto, y aunque es cierto que al colocar el blindaje habrá un incremento de peso en la unidad, el auto no perderá sus cualidades fundamentales ni su diseño original.
El peso y materiales utilizado es proporcional al tipo de blindaje requerido, mientras mayor sea el nivel de blindaje, mayor será el peso que adquiera el auto. Por lo tanto, el mantenimiento deberá ser con mayor frecuencia.
El segundo de los mitos más comunes es el pensar que con sólo blindar las ventanas, la persona se encuentran a salvo o peor aún, que una película anti-asalto es un tipo de blindaje. O que sólo se necesita blindar el lateral izquierdo debido a que las estadísticas muestran que la mayoría de los incidentes ocurren del lado del conductor. Falso.
Blindar sólo una parte del auto no es nada recomendable ya que en muchos casos se dejan huecos balísticos, y se corre el riesgo de que al producirse más impactos en otra parte del vehículo, se exponga la vida de los pasajeros. Para que un auto sea 100 por ciento seguro, se debe blindar tanto los vidrios, como todas las demás zonas que puedan representar un hueco balístico, sin dejar pasar los ángulos a 45 por ciento.
Proteger partes vitales del motor también es sumamente importante para nunca perder la movilidad y oportunidad de encontrar ubicaciones más seguras.
A diferencia de lo que se piensa o se acostumbraba anteriormente, el proceso de blindaje no es un proceso tan largo que requiera que la persona se quede sin vehículo por meses o hasta medio año como antes sucedía. Evidentemente el tiempo depende del tipo de blindaje, pero actualmente en promedio se lleva de cuatro a diez semanas cuando mucho. Durante este tiempo, el vehículo se desarma prácticamente en su totalidad, se toman moldes de cada zona y pieza a blindar, se colocan los materiales de protección; y posteriormente se vuelve a armar cuidando que los acabados y estética del auto sean totalmente idéntica a los originales.
Otro mito existente es la creencia de que no todos los autos pueden ser blindados. Falso. Cualquier automóvil puede ser blindado, siempre y cuando se utilicen los elementos y materiales diseñados para cada tipo y marca, dependiendo el caso.
Es importante informarse con los expertos sobre los tipos de protección que existen y cuáles son los riesgos que se corren; pues no todos los niveles de blindaje soportan cualquier calibre, por lo que hay un tipo de blindaje para cada nivel de resistencia balística y sobre todo, para cada tipo de “situación de peligro” a la que cada cliente se puede enfrentar.
El blindar un auto es un proceso prácticamente artesanal, a detalle y sumamente especializado, por lo que es evidente que este servicio eleva el precio de cualquier unidad.
Sin embargo esto no significa que sea un producto inalcanzable e inaccesible para el público, pues existen tipos de blindaje para cada persona.
Además si se toma en cuenta la relación del costo contra la tranquilidad y seguridad de los pasajeros que abordan las unidades, no hay punto de comparación.