Durante el Auto Shanghai, BMW presentó el BMW Vision Driving Experience (VDX), un espectacular prototipo equipado con un torque de 18,000 Nm y una aerodinámica activa que genera hasta 1.2 toneladas de carga aerodinámica, el VDX es considerado por la marca como el “banco de pruebas más rápido del mundo”.
En condiciones extremas, alcanza fuerzas laterales de hasta 3g, cifras más cercanas a un monoplaza de Fórmula 1 que a un vehículo convencional.
El corazón de esta máquina es el nuevo ordenador central Heart of Joy, que, en combinación con el sistema BMW Dynamic Performance Control, permite una gestión centralizada de todas las funciones de conducción. Este sistema será una pieza clave en la próxima generación de vehículos eléctricos de la marca, la Neue Klasse, cuya producción iniciará a finales de este año en la planta de Debrecen, Hungría.
Aunque el VDX no llegará a la producción en serie, su desarrollo ha sido esencial para probar el nuevo software y hardware que impulsará el futuro eléctrico de BMW.
Más allá de su potencia, el Vision Driving Experience también sorprendió por su diseño. Inspirado en el lenguaje estético del Vision Neue Klasse, su carrocería presenta una silueta monolítica, pasos de rueda robustos y un frontal “nariz de tiburón”. Pero lo más llamativo fue su acabado de pintura fluorescente e inteligente, que cambia de color en la oscuridad gracias a pigmentos sensibles a la luz y una innovadora “película mágica” en la parte trasera.