La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) presentó en AMDA el estudio Impacto asimétrico de la crisis global en la industria automotriz: Canadá y México comparados. Perspectivas para el futuro, acompañados de Jorge Mario Martínez, Oficial a cargo de la Unidad de Comercio Internacional e Industria de la CEPAL en México e Indira Romero Márquez, investigadora del sector automotriz y autora de la investigación.
El estudio establece que Canadá cuenta con una política industrial articulada que incluye al sector automotriz, respaldada plenamente por el gobierno federal y con recursos monetarios (federales y locales) para apoyar decididamente las actividades de I+D que posibiliten que la manufactura incluya un mayor contenido canadiense.
Lo cual es un reto para México, pues a pesar de ser primer exportador de autopartes hacia los Estados Unidos, actualmente importa 15 mil millones de dólares de proveedores de primer y segundo nivel y carece de un plan industrial comparable con el canadiense.
La reconfiguración de la industria automotriz mundial, precipitada por la crisis global, ha beneficiado a México en el período posterior a la crisis global. El avance de México como productor ha sido a costa del Canadá (país que desde hace algunos años ha visto afectada su competitividad debido a la apreciación de su moneda) y en menor grado de los Estados Unidos.
México se recupera más rápido y mejor, pero Canadá, aún en el contexto de crisis, continuó invirtiendo en I+D y su gobierno federal, en coordinación con otros ministerios, las empresas, centros de investigación, etc., incentiva no sólo una industria automotriz del futuro con mayor contenido nacional, sino que apoya con la infraestructura necesaria la introducción de un automóvil eléctrico, camino que se observa exitoso, si se considera que más de la mitad de la generación de electricidad en el Canadá es mediante hidroeléctricas .
Aunque ambos países no cuentan con una compañía automotriz nacional, en Canadá se han logrado desarrollar empresas autopartistas de alcance global (Magna International y Linamar) que no sólo invierten en América del Norte sino en todo el mundo y se encuentran a la vanguardia de los desarrollo tecnológicos.
Otra de las conclusiones que se presentan en la investigación, establece la necesidad de diversificar el destino de las importaciones sigue siendo un gran reto tanto para Canadá como para México.
En México, un primer paso para impulsar la industria automotriz mediante una mayor demanda interna, se puede dar al regular y normar estrictamente la importación de autos usados y limpiar el parque vehicular estableciendo normas medioambientales a nivel nacional, que sólo se aplican en Puebla, Tlaxcala, Morelos, Querétaro, estado de México y el Distrito Federal (norma 041 de la SEMARNAT).
También se necesita instituir normas fisicomecánicas y de seguridad que todavía no existen en el país.
“Valdría la pena explorar con mayor cuidado las posibilidades del mercado canadiense, así como las sinergias que pudieran generarse, aun cuando Canadá explícitamente hace uso de una política industrial (con apoyo tanto del sector público como del privado) para promover la transformación estructural de su economía, así como avanzar hacia sectores intensivos en conocimiento”, aseguró Indira Romero Márquez .
Finalmente, otro camino a explorar es el del robustecimiento de los vínculos con la industria autopartista en Canadá, con el que probablemente puedan hacerse alianzas estratégicas a fin de incorporar un mayor valor agregado en las autopartes producidas en México. Este modelo parece haber tenido éxito en el caso de la industria aeronáutica con las inversiones de Bombardier y empresas relacionadas.
Para conocer el informe completo, visite: www.amda.mx