Hasta hace unos años, la electromovilidad en Latinoamérica se veía como un panorama futurista que tardaría en hacerse realidad, sin embargo, los avances tecnológicos y la urgencia de accionar frente al cambio climático han acelerado esa adopción y actualmente es un sector que va ganando fuerza, aunque todavía faltan varios aspectos que fortalecer y considerar.
“Nos encontramos en un momento clave de la historia de la movilidad a nivel regional y global, ya que cada vez más se pretende dejar de usar los motores de combustión interna y dar paso a la electromovilidad masificada”, destaca Gabriela Díaz, gerente de la Unidad de Capacitación en TÜV Rheinland Academy Sudamérica.
El crecimiento del sector se percibe en Latinoamérica, ya que Brasil se ha posicionado como el líder, pues cuenta con un mercado local en crecimiento y en 2022 tuvo una flota de más de 126 mil vehículos eléctricos e híbridos, por lo que se estima que las ventas se dupliquen en 2023; detrás sigue Argentina que el año pasado cerró con 17 mil vehículos híbridos y eléctricos que aún es una pequeña cantidad de autos si se considera que su parque vehicular tiene casi 15 millones de unidades, pero la tendencia es que el mercado incremente puesto que en 2022 se vendió un 33% más de autos eléctricos e híbridos que en 2021.
Chile es otro gran referente en electromovilidad, no sólo por la cantidad de vehículos que tiene actualmente, ya que cuenta con siete mil unidades eléctricas e híbridas circulando por las calles del país, sino también por los objetivos ambiciosos y las estrategias que está aplicando para generar una adopción acelerada de electromovilidad.
En Colombia existen varias iniciativas gubernamentales y privadas encaminadas a promover y acelerar la adopción de vehículos eléctricos en el país que contemplan el fortalecimiento de la infraestructura de cargadores eléctricos y la reducción de aranceles para la importación de vehículos eléctricos y componentes. Por su parte, Perú aún se encuentra en una etapa inicial, ya que cuenta con un mercado limitado y una infraestructura de carga en desarrollo, sin embargo, en los últimos años ha habido un interés creciente en la adopción de vehículos eléctricos por parte del sector público y privado.
De esta forma, los países de Latinoamérica cada vez se esfuerzan más por aprovechar las ventajas de la electromovilidad, no sólo en la cuestión comercial, sino también en la social y ambiental, ya que de acuerdo con el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), el sector de transporte en América Latina contribuye con aproximadamente el 34% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía, lo que cambiaría radicalmente con los vehículos eléctricos e híbridos, puesto que no generan emisiones de gases y disminuyen la contaminación acústica hasta en un 80%, además tienen una eficiencia energética de casi 95% frente al 30% de los autos de combustión.
“La capacitación en electromovilidad es una medida clave para avanzar hacia un futuro más sustentable en la región, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuyendo a la lucha contra el cambio climático”, enfatizó Díaz.
Esto es posible gracias a que entre más personal especializado se encuentre trabajando en las empresas, mayor será el uso eficiente de la tecnología, se incrementará la innovación y se podrá avanzar en la masificación de la electromovilidad para contribuir a la reducción de la contaminación, mejorar la calidad de vida de las personas y proteger el planeta. (Boletín de prensa)