En el blindaje de automóviles en México, algunos especialistas detectaron malas prácticas por parte de empresas registro que usan materiales balísticos de baja calidad, lo que pone en peligro a los usuarios.
Omar Lara, delegado de la Comisión de Blindaje Automotriz del Consejo Nacional de la Industria de la
Balística (CNB), indicó que existen dos tipos de empresas de blindaje en el país: las que cuentan con experiencia y están legalmente establecidas, y las que operan con procesos poco rigurosos y utilizan materiales apócrifos.
El especialista recomendó a los usuarios que buscan un blindaje verificar que el proveedor por lo menos cinco años de antigüedad, permiso de la DGSP, reconocimiento de un organismo como el CNB, y que no tenga denuncias ante instancias como la Profeco.
Las empresas que participan en el mercado legal del blindaje conocen cuáles son las firmas que surten de material original para la protección adecuada de los vehículos, principalmente de los elementos como el acero balístico, las fibras de aramida y los vidrios blindados, así que la diferencia, para un cliente potencial, más bien radica en el tipo de atención que recibe y la confianza que le proyecte el proveedor balístico, pero no en la calidad del material, las garantías, los certificados, los registros, ni en los proceso, que son igualmente rigurosos.
Quién surte el material
De hecho, la proveeduría no es muy amplia. En el caso de las fibras para los paneles de protección, la principal, o de mayor uso y que ofrece la garantía más amplia, es la conocida mundialmente Kevlar®, de DuPont, de la cual se reconoce el precio, características y garantía que ofrece.
Sin embargo, hay blindadores que usan fibras similares de menor precio, o incluso con el mismo costo, pero no son originales o su vida útil ya pasó. Por ello se sugiere que los clientes se informen sobre las marcas y sus particularidades, para que le exijan a su proveedor que le demuestre que está usando la marca original.
Pero además del origen o la calidad de las fibras que se utilizan para el blindaje automotriz, los fabricantes deben ejecutar los procesos adecuados para que el material conserve sus propiedades de resistencia.