Si bien México durante el 2005 no recuperó su posición número diez en la producción de vehículos a nivel mundial que mantuvo en el 2002, se espera que para este año, gracias a la maduración de algunos proyectos automotrices, logre bajar a ese peldaño.
Por ejemplo, a partir del último cuatrimestre de 2005, la industria automotriz mexicana reflejó la maduración de los proyectos de inversión que se generaron a partir del decreto del 31 de diciembre de 2003, donde el gobierno federal quitó todas las regulaciones existentes por 40 años, convirtiéndose en un decreto promotor al otorgar cupos para importar autos a cambio de inversiones y otros beneficios.
Asimismo, los gobiernos estatales otorgaron incentivos a las automotrices como donación de terrenos o de exención del predial, para la ampliación de líneas de producción o la edificación de nuevas plantas.
Estas actividades, al parecer están rindiendo frutos. Como muestra, México se está convirtiendo en una industria especializada en automóviles de innovación que van hacia otras partes del mundo, tal como sucede con la producción del Bora, New Beetle y Jetta de Volkswagen, para lo cual la firma alemana inyectó dos mil millones de dólares; así como el Fusion de Ford, el HHR de General Motors, entre otros.
Ahora para este 2006, se espera que la competitividad del sector automotriz nacional se eleve y en consecuencia baje al décimo sitio en la producción de vehículos a nivel mundial, lugar ahora ocupado por el Reino Unido, nación con la que mantiene una distancia de sólo 142 mil unidades.
Para muestra, tan sólo Nissan traerá en septiembre al país la producción de su modelo Tiba, que hasta ahora sólo es fabricado en Japón, y será enviado para el mercado estadounidense, proyecto en el cual invertirá alrededor mil 300 millones de dólares.
Otra de las japonesas que también hará lo propio en México es Toyota, quien duplicará su producción en la planta de Baja California. Lo mismo hará Honda en Guadalajara; así como DaimlerChrysler traerá capital nuevo a Toluca, cuyo monto será de tres mil millones de dólares.
La estadounidense General Motors, además de colocar una nueva pista de pruebas en Michoacán, sumará una planta más en el país, la cual se ubicará en San Luis Potosí.
Como se muestra, el panorama automotor nacional se encuentra en la actualidad en uno de su máximos niveles, y donde se observa una recuperación de la confianza de grandes corporativos internacionales por instalar plantas con alta tecnología.
Que decir de las marcas japonesas, las cuales no sólo han ido ganando terreno en suelo azteca, sino que también se encuentran en un punto de ser pilares importantes en las exportaciones, las cuales al cierre del primer trimestre de manera general sumaron 515 mil 708 unidades. De éstas, 120 mil correspondieron a Honda, Nissan y Toyota.
De seguir así, el movimiento de las ventas hacia el exterior en los próximos años retomará un lugar importante, incluso México podría convertirse en un país estratégico para producir y enviar a distintas partes del mundo, incluidas las tierras asiáticas, que hoy también luchan por estar en los primeros lugares de producción y ventas de vehículos.