De un tiempo para acá los fabricantes de automóviles han estado bajo una gran presión en materia regulatoria para que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y a la par incrementar el rendimiento de los combustibles.
Dado que no se prevén cambios inesperados en la legislación de los Estados Unidos en un horizonte cercano, el estándar de la Corporate Average Fuel Economy (CAFE por sus siglas en inglés) para nuevos vehículos irá de un estimado en 2017 de 58.90 km por galón hasta alcanzar los 87.70 km por galón para 2025.
Como resultado de esto, los Fabricantes de Equipo Original (OEM por sus siglas en inglés) han estado diseñando motores y transmisiones cada vez más pequeños, livianos, pero más poderosos y eficientes en el consumo de combustible, para cumplir los requerimientos obligatorios de la CAFE.
En este contexto los requerimientos para los fluidos lubricantes han sido extender su vida útil y la formulación de menor viscosidad para contribuir en una mejora en desempeño. A su vez, los fabricantes de lubricantes han formulado una nueva generación de fluidos que permitan ganar eficiencia de combustible, protección e intervalos de drenaje extendidos.
La tecnología de Transmisiones de Variable Continua (CVT por sus siglas en inglés) surgió para ayudar a incrementar el rendimiento de combustible relativo a las convencionales transmisiones automáticas de 3 ó 4 velocidades.
Las CVTs han hecho su aparición en América del Norte desde 1987 con la introducción del Subaru Justy de 3 cilindros y 1.2 litros.
Esta tecnología tardó mucho en adaptarse debido a su limitada capacidad para manejar el torque. Los problemas mecánicos surgen de la alta fricción “hierro contra hierro” asociada a la faja o cadena montada entre dos poleas, que distingue a las CVT de las transmisiones automáticas con un conjunto de engranajes planetarios.
De igual manera, la tecnología ha evolucionado desde el comienzo de este siglo y desde entonces las transmisiones CVT han aparecido con mayor frecuencia en modelos que se fabrican en los Estados Unidos, aunque más presente en vehículos de marcas asiáticas, también en vehículos domésticos y pequeñas SUV.
La tecnología CVT requiere de un lubricante diferente al utilizado en las transmisiones automáticas (ATF) que existen en el mercado, por ello durante los últimos 15 años, Chevron ha trabajado de la mano con los más importantes OEMs en el mundo de automotores para desarrollar sus fluidos de CVT para llenado de fábrica.
Así como la tecnología se ha vuelto cada vez más prevalente, y con el incremento de los números de vehículos con CVT fuera de garantía, el mercado de fluidos especializados para CVT para posventa ha ido en incremento, en la actualidad este volumen en Norteamérica representa alrededor del 4% del total del volumen de ese mercado, y se espera que crezca hasta a más del 10% para el 2025.
Una gran recomendación es el Chevron Havoline CVT el cual es utilizado en llenado de fábrica en muchas marcas alrededor del mundo. Chevron ha invertido muchos años y recursos en el desarrollo de este producto, realizando diversas pruebas de campo y de desempeño, con el fin de continuar mejorando las formulaciones de estos fluidos para que puedan cumplir con mayores rangos de aplicaciones claves de las CVT.
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