Donde Dios me quiera

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Entonces la palabra del Señor vino a Elías y le dio este mensaje: “Sal de aquí hacia Oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, al este del Jordán.
Beberás agua del arroyo, y Yo les ordenaré a los cuervos que te den de comer allí”. Así que Elías se fue al arroyo de Querit, al este del Jordán, allí permaneció, conforme a la Palabra del Señor.
Por la mañana y por la tarde los cuervos le llevaban pan y carne, y bebía agua del arroyo.
1ra. de Reyes 17: 2 al 6
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Así como algunas veces la vida nos da unas terribles sacudidas que no entendemos, también llegan a nosotros aquellas bendiciones que tampoco podemos explicar, pero que nos llenan de gran satisfacción y alegría.
Cuando Dios te quiere en un lugar, es porque ahí llegarán las bendiciones. Esto es un claro ejemplo de lo que Él nos tiene preparado y una muestra de su conocimiento por nuestros deseos y necesidades, su gran amor por el hombre, es lo que permite que las cosas sucedan.
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Escuché una historia de un hombre de negocios que nunca sabré quién es, pero sé que Dios quería que oyera su historia.
Él era gerente en una compañía que había sido diezmada por el ataque a las Torres Gemelas. Había citado a los miembros restantes de esa compañía, para compartir su espacio en la oficina.
Con su voz llena de temor, contó las historias de por qué estas personas estaban vivas y sus colegas muertos.
Todas las historias eran simples y pequeñas.
Uno de los miembros de la compañía entró tarde ese día porque su hijo empezó el jardín de infantes. Otro compañero estaba vivo porque le tocó ir a comprar las donas de ese día.
La historia que me golpeó más, fue la del hombre que se puso un nuevo par de zapatos esa mañana… ese día se averió su auto, entonces decidió caminar hacia su trabajo; pero antes de llegar, una ampolla afectó su pie.
Se detuvo en una farmacia para comparar una venda, por eso él está vivo.
Ahora, cuando estoy atorado en el tráfico, espero en un ascensor, tardo en contestar un teléfono que insiste
o pasan esas cosas pequeñas que me incomodan, pienso: es exactamente donde Dios quiere que esté.
Cuando sientas de repente que nada bueno te está pasando… Ese es Dios que te habla.
Cuando pienses en alguien que no has visto en mucho tiempo, y de repente lo ves, o recibes una llamada telefónica o carta.
Cuando has recibido algo maravilloso en tu vida, que ni siquiera sabes cómo llegó, como un dinero en el correo, una deuda que se aclara misteriosamente, o simplemente recibiendo algo querido, que no podrías permitirte el lujo de tenerlo, ese es Dios.
Él conoce los deseos de tu corazón…
Cuando se atraviesa por una situación crucial en la vida y no hay ninguna pista de cómo mejorarla, ese es Dios, que siempre nos permite ver un día más luminoso.

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