Educación dual, el binomio perfecto

Educación dual, el binomio perfecto

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Ante la necesidad de contar con mano de obra preparada, algunas armadoras adoptaron, desde hace tiempo, la educación dual para preparar a sus futuros trabajadores. Un concepto que nació en Alemania en la década de los 60, donde se busca capacitar a los estudiantes directamente en las empresas.

Tras décadas de rezago, en 2014, la Secretaría de Educación Pública (SEP) planteó el modelo mexicano de formación dual, donde buscó que los estudiantes técnicos tuvieran una capacitación práctica, alternando un periodo de formación en el aula y en el trabajo. Sin embargo, tal parece que, durante el presente sexenio el proyecto se mantendrá en pausa en lo que se analizan nuevos cambios a la reforma educativa.

Ante este escenario, diversas empresas automotrices apoyan la vinculación de los estudiantes con el campo laboral, para que los jóvenes adquieran habilidades teóricas y prácticas antes de emplearse formalmente.

Armadoras, semillero de capital humano

Para BMW México, el término educación dual le es familiar -por su origen germano- por lo que desde hace cuatro años implementaron el programa en la planta de San Luis Potosí.

“Preparamos a los futuros empleados desde una etapa temprana y fomentamos el desarrollo de sus habilidades profesionales para incorporarlos a la plantilla laboral de la compañía”, explicó Lourdes Quijas, directora de Recursos Humanos de la firma en esa entidad.

El programa de BMW se enfoca en tres carreras técnicas: Mecatrónica, Producción y Mecánica Automotriz, cada una incorpora temas de electricidad, neumática-hidráulica, robótica, metalmecánica, calidad, sistemas de producción, seguridad, habilidades de comunicación, liderazgo y trabajo en equipo.

Actualmente la armadora alemana tiene 240 estudiantes de 12 instituciones educativas, haciendo estancias profesionales bajo este modelo educativo.

Otra armadora comprometida con el desarrollo educativo de sus colaboradores es Nissan Mexicana, que por su infraestructura requiere de talento altamente capacitado en áreas como Sistemas, Operación de línea, Electrónica, Sistemas computacionales y, por supuesto, Ingeniería automotriz.

“Los ingenieros llegan con una educación básica, por lo que ofrecemos una capacitación complementaria. Naturalmente tienen que adaptarse a las condiciones particulares de cada área”, comentó Herman Morfin, director de Comunicación Corporativa de Nissan.

Además, la armadora tiene un programa único en el país, la Universidad Nissan, donde gradúan a sus colaboradores con el grado de Técnico Superior Universitario en tres áreas: Mantenimiento, Sistemas de Producción y Gestión de Calidad.

Pero no todas las empresas tienen la capacidad de formar a su propio talento, por lo que buscan directamente a las escuelas para crear sinergias que les ayuden a formar a sus futuros profesionales.

Un ejemplo es Bendix, fabricante y proveedor de sistemas pasivos y activos de seguridad para vehículos comerciales, quien invierte tres años en capacitar a los ingenieros recién egresados antes de integrarlos directamente a su centro de investigación, esta preparación la podrían tomar desde que están en la escuela con el modelo de educación dual.

Juan Carlos Mellado, encargado del Centro Técnico de Monterrey, se mostró a favor de la vinculación entre la academia y las empresas. “Queremos que nuestros ingenieros impartan materias con casos verídicos de ingeniería de control o pruebas. Queremos preparar a los jóvenes mientras estén estudiando, para las aplicaciones que tenemos en nuestro Centro Técnico”, señaló.

Conversión y nuevas carreras

La modernización de los vehículos requiere de nuevos especialistas, desde desarrollo de software hasta diseño automotriz, por tal motivo, algunas escuelas han modificado o actualizado sus planes de estudio.

“Escuchamos lo que piden las armadoras y las empresas de proveeduría para convertir sus peticiones en habilidades disciplinarias, esta información se comparte con universidades públicas y privadas para modificar o actualizar sus planes de estudio”, afirmó Alejandro Rojo Valerio, director del Centro de Investigación en Mecatrónica Automotriz (CIAM) y coordinador de la maestría en Ingeniería Automotriz del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

En el caso del Tec, los planes de estudio se modifican cada seis años y para el próximo semestre viene una evolución en el método de enseñanza. En el modelo Tec 21, los alumnos podrán vincularse directamente con socios formadores, que son empresas donde los estudiantes trabajarán por la mañana, y por la tarde recibirán módulos de aprendizaje para reforzar lo que aprendieron en el trabajo. Esta modalidad durará dos años, con lo que garantizan la formación teórica y práctica de sus ingenieros.

“La educación dual no es ‘aventar’ a los alumnos al trabajo y ya, en el Tec se da seguimiento a lo que están realizando con módulos de aprendizaje”, explicó el académico.

Oportunidad en México

La oportunidad es real, fabricantes y asociaciones como la Industria Nacional de Autopartes (INA) y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) se acercaron al CIAM para validar o solicitar investigación en tema de electrificación, autonomía y conectividad. “Es una petición directa de proveedores y armadoras”, dijo Rojo Valerio.

“La industria automotriz perdió el atractivo para países como Alemania, Francia, Japón, Estados Unidos, ya no tiene ese glamour. Hay escasez de ingenieros que quieran trabajar en el sector, por lo que los fabricantes vienen a México a poner centros de ingeniería para apoyar a sus casas matrices”, reveló Oscar Albín, presidente de INA.

México tiene más de 35 mil jóvenes estudiando ingenierías relacionadas con el sector automotriz, hay materia prima, sólo falta pulirla.

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