Ford celebra su centenario en México y por ello recuerda la historia de sus plantas en el país. Mucho antes de que se establecieran sus seis plantas actuales en Cuautitlán, Hermosillo, Chihuahua e Irapuato, existieron otras instalaciones que fabrican los autos de la marca.
La presencia de la armadora en el país comenzó en 1926 con la apertura de su primera planta en San Lázaro, en la Ciudad de México. En un México que apenas salía de la Revolución, Ford apostó por el talento local y encontró en los trabajadores mexicanos el ingenio necesario para iniciar la producción automotriz, una industria completamente nueva en ese momento. Para formar al personal, técnicos de Detroit llegaron a entrenar a los primeros colaboradores mexicanos.
Tres años más tarde, en 1929, Ford abrió su segunda planta en la zona de La Villa. Diseñada por el arquitecto Albert Kahn, esta instalación fue mucho más eficiente y moderna. Su capacidad de producción aumentó considerablemente: de 30 vehículos al día en San Lázaro a 100 en La Villa. En su primera década, la planta fabricó 42,000 unidades, casi la mitad de ellas camiones.
Pionero en autopartes
En 1962, Ford abrió una tercera planta en Tlalnepantla, comprada a Studebaker. Aunque fue una instalación pequeña y operó por poco tiempo, jugó un papel clave en el desarrollo de proveedores nacionales. Esta Planta de Operaciones de Exportación se centró en fabricar herramientas para otras plantas, sentando bases importantes para la industria de autopartes en México.
Constante expansión
Con los años, Ford expandió su presencia en el país. La planta de Cuautitlán, por ejemplo, comenzó ensamblando motores V6 y V8, luego camiones F-150 y F-250, y más tarde modelos como el Ford Mustang, Topaz, Taurus, Ikon y Fiesta. Desde 2020, es la sede del Mustang Mach-E, el primer auto 100% eléctrico hecho en México para exportación.

Las plantas de Chihuahua han sido clave en la producción de motores. La primera abrió en 1983, seguida por una segunda en 2009 enfocada en motores diésel, y una tercera en 2018 para motores de gasolina más eficientes.
En Hermosillo, Ford abrió otra planta en 1986, aprovechando su ubicación estratégica y la cercanía con centros educativos. Y en 2010, en Irapuato, se unió a Getrag para producir transmisiones. Hoy, esa planta desarrolla componentes para autos eléctricos.
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