Los coches motores de diésel no son muy populares en México como en Europa donde son conocidos por su resistencia y rendimiento pero no están exonerados de que presenten alguna falla.
Por ello, te presentamos algunos fáciles consejos para evitar cuatro de las averías más habituales que presentan tomando en cuenta que la conducción urbana es el peor enemigo de los motores que funcionan con diésel:
Inyectores sucios
Suelen ser un problema por que llegan a consumir más combustible y dar menos potencia, además de que presentan humo negro. Sucede por acumulación de residuos en los orificios de inyectores por conducción a muy bajo régimen de forma continuada, diésel de baja calidad o aceite en la cámara de combustión.
Para prevenir estas situaciones es necesario poner atención al estado de los filtros y el nivel del lubricante, así como dar mantenimiento prevetivo.
Problemas con la EGR
El trabajo de la EGR es reintroducir gases del escape en las cámaras de combustión por lo que suele ser objeto de excesiva acumulación de depósitos y que se trabe la pieza lo que provoca que quede abierta e introduzca gases de forma continua ocasionando pérdida de rendimiento y una pobre combustión
La recirculación de gases de escape se da cuando el auto llevas muchos kilómetros recorridos y en situaciones citadinas por lo que la formas más fácil de prevenir este problema es salir de vez en cuando a carretera y dejar que respire el motor. La forma más difícil es desmontar y limpiar la EGR.
Filtros antiparticulas
El mal funcionamiento de esta pieza provoca acumulación de partículas sin incinerar que pueden llegar a dejar inservible la pieza. Es por ello que necesitan periodos de regeneración, es decir aumentar la temperatura de los gases de escape para que las partículas desaparezcan.
Para prevenir esta situación solo hay que provocar estos periodos de regeneración o bien correrlo en la carretera para que se caliente lo suficiente para deshacer la partículas por el tiempo necesario.
Turbocompresor
Los fallos más comunes de esta pieza se dan por el desgaste del eje de la turbina que permite el paso de aceite hacia el interior o por acumulaciones de suciedad que atascan la autoparte.
Debes tener en cuenta que los primeros síntomas de un desperfecto son el consumo de aceite y la generación de humo azulado en el escape.
Para evitarlo, lo mejor que se puede hacer es no exigirle potencia al motor hasta que no esté caliente. Para que no haya piezas atascadas, lo mejor eludir la conducción sostenida a muy bajas vueltas, es decir en la ciudad.