México es un país atractivo para las empresas extranjeras que ven en el territorio una gran oportunidad para aprovechar los beneficios del nearshoring, principalmente las involucradas en la industria automotriz, pues les permite reducir costos logísticos, disminuir riesgos asociados a largas distancias y alinear husos horarios, lo que aumenta la flexibilidad en las cadenas de suministro.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), México se sitúa como la 12ª economía más grande del mundo, un factor que se ve reflejado en los más de 100 nuevos proyectos de inversión que reporta Deloitte, y que involucran 33 mil millones de dólares.
En este contexto, el mercado mexicano ha experimentado un crecimiento en la presencia y adquisición de los autos chinos, el cual es resultado de un plan de negocios adoptado por diversas marcas. Este cambio de estrategia ha impulsado un crecimiento sostenido de las ventas de estas empresas, por lo que se espera que las marcas de vehículos chinos alcancen entre el 20% y el 25% del mercado automotriz mexicano en los próximos cinco años.
EXEED, del grupo chino Chirey, es un ejemplo de este nuevo oleaje de autos chinos que están llegando a México y que seguirán instalándose en la región. La marca llega para ofrecer nuevas tecnologías a los usuarios, con diseños premium y funcionales. Se espera que EXEED se instale en México con un portafolio que comprende modelos como TXL, RX y VX, una SUV con 3 filas de asientos, los cuales ofrecerán seguridad, confort y diseños exclusivos.
El éxito de esta y otras marcas chinas dependerá de su capacidad para adaptarse rápidamente a las demandas del mercado local, lo cual será crucial para ganar la confianza de los compradores. Las marcas esperan no sólo ganar terreno en México, sino avanzar en la transformación del panorama del sector automotriz del país.
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