La economía mexicana se encuentra contraída, el crecimiento es prácticamente nulo y estos números se ven reflejados en la industria automotriz, afirmaron especialistas durante el Foro Automotor AMDA 2025.
El Indicador Oportuno de Actividad Económica marcó cero en octubre y el PIB del tercer trimestre reportó una contracción de 0.2%, dejando el avance anual en apenas 0.4%, mientras que el mercado automotriz también está contraído, pues en octubre apenas avanzó el 0.1%.
Gabriela Siller Pagaza, Directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE, y Ángel Padilla, Director General Adjunto de Análisis Económico y Financiero en Grupo Financiero Banorte, compartieron su punto de vista sobre el futuro en el corto y mediano plazo.
Durante el foro, Gabriela Siller señaló que la política comercial de Estados Unidos es un factor que afecta directamente a la economía mexicana, pues no sólo es el temor de los inversionistas, también es el endurecimiento en la política migratoria estadounidense, afectando al consumo interno, pues también detectaron una caída en las remesas.
Por si esto fuera poco, el sector automotriz enfrenta sus propios retos como la imposición del 25% de los aranceles a los autos nuevos, esto ha afectado a las exportaciones automotrices. Desde su punto de vista, el gobierno de Estados Unidos ha convertido a la industria automotriz en un estandarte político, pero también reconoce que Estados Unidos no puede prescindir de México por la profunda integración de las cadenas de suministro entre ambos países, pues hay componentes que cruzan la frontera hasta ocho veces antes de convertirse en un vehículo terminado.
Ante esta situación, México puede aprovechar la revisión del TMEC para imponer aranceles a importaciones automotrices provenientes de países sin tratado comercial, especialmente de China, no solo para alinearse con los intereses de Washington sino también como una vía para fortalecer la recaudación fiscal en un momento donde los ingresos públicos son presionados.
En esta charla, Ángel Padilla indicó que México puede aprovechar las oportunidades que se generen por las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China.
Padilla enfatizó que, pese al estancamiento económico, en el 2026 la economía mexicana tendría un mínimo crecimiento de apenas 1.8% derivado de la Copa del Mundo, un evento que históricamente genera un efecto optimista y un aumento temporal en gasto de los hogares.
En este sentido la industria automotriz mexicana podría tener una oportunidad real para crecer dos o tres puntos porcentuales, si aprovecha la guerra comercial entre China y Estados Unidos.
En un mundo que se reconfigura rápidamente, la industria automotriz mexicana deberá navegar entre desafíos estructurales y ventanas de oportunidad. La cercanía con Estados Unidos, la solidez de las cadenas de suministro, la transición hacia tecnologías limpias y la posibilidad de atraer inversiones en electromovilidad colocan al país en una posición estratégicamente favorable.
El 2026 luce complicado, pero puede haber una luz al final túnel si México aprovecha las oportunidades que se abran en el camino.
