La Asociación Automovilística de Estados Unidos (AAA) realizó un estudio para determinar la autonomía de las baterías de los coches eléctricos en condiciones climáticas reales y descubrió que el frío extremo puede reducir hasta un 41 por ciento su capacidad.
La Asociación tomó un BMW i3s, un Chevrolet Bolt, un Nissan Leaf, un Tesla Model S 75D y un Volkswagen eGolf y los expuso a temperaturas que variaban entre -6.6°C y 35°C.
En el clima bajo cero, la autonomía descendió 12 por ciento y al momento de usar la calefacción se disparó hasta 41 por ciento menos de capacidad.
En el caso del calor, el almacenamiento de energía de la batería disminuyó un cuatro por ciento y al momento de utilizarse la calefacción, cayó un 17 por ciento.
Muchos automovilistas estadounidenses vivieron en carne propia las limitaciones de los auto eléctricos cuando gran parte de Estados Unidos fue azotado por una onda gélida y muchas de las críticas se dirigieron a las unidades de Tesla.
El estudio pudo concluir que la autonomía del Tesla con carga completa a 24 grados Celsius fue de 385 kilómetros, pero a 38 grados Celsius cayó 146 kilómetros.