Las pequeñas y medianas empresas tienen necesidades específicas. Actualmente, el mercado es tan competitivo que requieren soluciones rentables que puedan ponerse en funcionamiento rápidamente y seguir respondiendo a sus necesidades a medida que su negocio crece.
Pedidos por Internet, catálogos electrónicos, telemarketing, Skype y hasta el Messenger son herramientas cada vez más recurrentes en las páginas electrónicas de aquellas empresas que buscan incrementar sus ventas y diversificar la forma de comercializar sus productos y servicios, llegando a nuevos segmentos de mercado.
Hoy, ya no es suficiente contratar vendedores y entregarles una lista de precios para incrementar la venta de los productos.¿Pero qué requiere para implementar estas herramientas un pequeño o mediano refaccionario?
Los principales problemas a los que se enfrentan los negocios del mercado independiente son dos: la falta de una computadora y de capacitación. La mayoría de los pequeños refaccionarios, aun en nuestros días, observan la tecnología como algo difícil de entender. Es más, hay quienes cuentan con el ordenador y no lo usan por desconocimiento y porque creen que deberán desembolsar fuertes cantidades de dinero en la aplicación de estas soluciones.
Con las nuevas tecnologías, el tiempo, el dinero y la distancia han dejado de ser obstáculos, los contenidos pueden dirigirse a una audiencia masiva o a un pequeño grupo de expertos y buscar un alcance local, nacional e inclusive mundial. Gracias a las redes mundiales de información, como Internet, ya no existen fronteras.
Internet ofrece un nuevo mercado que se define como la “economía digital” o del conocimiento. Las empresas ya usan este medio como un nuevo canal de ventas, sustituyendo las visitas personales, correo y teléfono por pedidos electrónicos, ya que gestionar un pedido por Internet cuesta menos que hacerlo por medios tradicionales. De ahí el origen del comercio electrónico, como una alternativa de reducción de costos y una herramienta fundamental en el desempeño empresarial.
Actualmente, la mayoría de las compañías utiliza el Web para informar a los clientes sobre la historia de la misma, de sus productos o servicios, tanto mediante comunicaciones internas como con otras empresas y clientes, ya que se encuentra disponible las 24 horas del día.
Además se puede obtener información relevante de los clientes con el propósito de servirles de manera eficaz en las futuras relaciones comerciales mediante el llenado de formularios o envío de correo electrónico a la empresa.