En los últimos dos años, la crisis de salud ocupó las primeras planas de los diarios de todo el mundo, actualmente las portadas hablan del inicio de una nueva crisis, una donde los precios suben mes con mes y no hay nuevas inversiones, un periodo de “estanflación” dicen los especialistas.
Como si la historia fuera un bucle que se repite, la situación se parece mucho a los antecedentes de “Crisis del 29”, donde la caída de la bolsa de valores de Estados Unidos arrastró a decenas de países, el comercio internacional descendió más de 60%, la industria se detuvo, las actividades del campo se paralizaron y la economía literalmente quebró.
Ahora los antecedentes vienen por otras causas, la pandemia rompió las cadenas logísticas, situación que encarece algunos insumos; el conflicto armado de Rusia y Ucrania agravó la crisis alimentaria, -cabe recordar que Rusia es el principal productor de granos del mundo- a esto se suma el problema energético que Europa enfrentará en el invierno, pues Rusia también es su principal proveedor de gas natural.
Además, las tensiones entre China y Estados Unidos, los dos principales mercados del mundo, han puesto a temblar a la economía mundial y la crisis ambiental debido al cambio climático que provoca sequía extrema en algunos países –incluido México- traerán graves estragos en los próximos años.
En caída libre
La industria automotriz no es ajena a esta situación, la producción de vehículos a nivel mundial disminuyó drásticamente, ya que las plantas armadoras de varios países pararon su labor.
De acuerdo con cifras de IHS Markit en 2018 se produjeron 93.7 millones de vehículos en el mundo, en 2019 -con el inicio de la pandemia en Asía- la producción de unidades fue de 89.7 millones, mientras que en el 2020 -con la crisis de salud en todo el mundo- las fabricación se redujo drásticamente al sumar apenas 76.9 millones de autos, para el 2021 la producción fue de 80.5 millones de unidades y este 2022 se espera cerrar el año con 83 millones, todavía muy lejos de los números pre pandemia y no por falta de interés de los usuarios.
Los consumidores buscan vehículos, pero las armadoras no tienen los insumos necesarios para producirlos, la falta de semiconductores y de otras materias primas son el principal problema, ya que la ruptura de cadenas de suministro creó un círculo vicioso que afecta todos los niveles de la producción.
Inflación
El pasado agosto, la inflación alcanzó niveles no vistos desde hace más de 20 años, al alcanzar 8.62%. “Ello en un entorno en que persisten desbalances entre demanda y oferta en diversos mercados, y precios aún elevados de alimentos y energéticos”, señaló la junta de gobierno del Banco de México.
Para atenuar los altos niveles de inflación, el Banco de México aumentó las tasas de interés (75 puntos base), a fin de desalentar el uso del crédito para compras a mediano y largo plazo como la adquisición de vehículos.
“Se espera que las tasas de interés de algunas economías disminuyan a partir del segundo trimestre de 2023. Se encarecerán los créditos y dependiendo de la sensibilidad de la demanda, ésta se vería afectada en segmentos en los que los consumidores sean más sensibles (i.e. compactos y sub compactos)”, explica la empresa analista EY en el documento “Perspectiva del sector automotriz en México 2022”.
De hecho esta situación ya se vio reflejado en el costo de los vehículos, que en el primer semestre del 2022 tuvieron un incremento de hasta el 12% en subcompactos y el 10% en SUV. “A pesar de que los precios han incrementado, se sigue dando esta apertura al crédito y demanda por este tipo de vehículos, sobre todo ahora que se están reactivando muchos sectores de la economía”, aclaró Gerardo San Roman, director de Jato.
Por su parte, Armando Soto, director general & CEO de la consultora KASO & Asociados, recordó que “históricamente cuando ha habido incrementos en las tasas de interés de referencia esto ha permeado en los niveles de interés dentro del sector automotriz, y a su vez en la demanda” y dado el comportamiento que ha tenido el mercado automotriz en lo que va de año, estima que, para el segundo semestre del 2022, la demanda por financiamiento automotriz se vea afectada levemente; mientras que para el 2023 espera un impacto mayor.
Por esta situación, los especialistas recomiendan buscar opciones de financiamiento con una tasa de interés fija, no variable, pues esto afectará drásticamente la capacidad de pago de los usuarios.
Financiamiento
A pesar de estos números, las armadoras y los bancos buscan una solución al tratar de mantener sus opciones de financiamiento, especialmente a largo plazo.
De acuerdo con datos expuestos en el documento “Financiamiento y compradores de vehículos nuevos” de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Jato y Urban Science, el 59% de las compras al menudeo y flotillas se hacen a crédito.
El 80% de las compras se hacen a través de las financieras de marca, mientras que los bancos se hacen cargo del 20% restante.
En este sentido los usuarios que buscan financiamiento a través de los bancos son para la adquisición de SUV, pickups, deportivos y de lujo, mientras que los usuarios de las financieras de marca adquieren minivans, subcompactos, compactos y SUV’s.
El estudio puntualizó que los clientes que compran unidades subcompactos, compactos, SUV, autos de lujo y deportivos prefieren los plazos de 60 meses, mientras que los usuarios que adquieren pickups y minivans optan por plazos de 36 meses.
Futuro ¿incierto?
Los números lucen poco alentadores. Sin embargo, parece que hay una luz al final del túnel con la tecnología y la conectividad, ya que las armadoras se están transformando y apuestan por la digitalización, conectividad y customización de los vehículos; además de integrar omnicanales enfocados a la experiencia digital y ventas en línea.
En la parte de manufactura, las cadenas se están volviendo más flexibles y resilientes con manufactura sustentable y local, para reducir el impacto de la ruptura de las cadenas logísticas.
Estamos ante una crisis, pero como dice la historia está para enseñarnos y no repetir los errores del pasado y crear un futuro sustentable.