Recientemente hemos sido bombardeados por diversas noticias que cada vez hacen más evidente el deterioro que están sufriendo en su marca, calidad y rentabilidad las armadoras norteamericanas, y el enorme crecimiento y potencial que tienen sus similares japoneses.
Actualmente estamos viviendo una época de muchos cambios en este contexto lo que ha llevado a más empresas a tener que reinventarse constantemente. Estos cambios los vemos en la industria aeronáutica, automotriz, de servicios, etc. Casi cualquier sector de negocio está padeciendo constantemente modificaciones en su entorno, lo cual hace muy importante que las compañías sean muy flexibles para poder reaccionar de forma rápida y oportuna a las transformaciones que vive el mercado.
Se dice que una de las grandes ventajas que ofrece Toyota en su módulo de producción es el uso de JIT (Just In Time) y Kanban en su proceso en su de producción. Toyota ideó, en su momento, una nueva forma de fabricación que consistía básicamente en crear lotes pequeños y más controlables y de esta forma manejar una producción más balanceada.
Por otro lado, este mismo modelo de producción les permite tener un control de calidad más estricto, ya que los puntos de revisión no se encuentran al final de la línea o en un área de “embarque”, sino que están entre cada proceso. Esto da como resultado un producto terminado de mucha calidad, y un proceso que permite reaccionar de forma casi instantánea a la demanda, de tal forma que si se observa un cambio en las preferencias de los consumidores por un cierto color o un cierto aditamento, Toyota lo puede estar produciendo al día siguiente, y entregando en una semana.
Todo este proceso de producción de Toyota no es obra de la casualidad, sino de una búsqueda constante en hacer algo diferente y mejor, que les brinde una ventaja competitiva en el mercado. Cuando Toyota ideó esta nueva forma de producción iba en contra de todos los cánones y normas de la industria; sin embargo, actualmente constituye el modelo de producción ideal, ya que permite alta calidad y reacción al mercado. Toyota no inventó, sino innovó en el proceso de producción.
Es importante preguntarnos en nuestra empresa que tanto seguimos los cánones y exigencias del mercado y que tanto innovamos nuevos procesos y modelos de negocio que se traduzcan en valor al cliente final, y con esto una ventaja competitiva real en el mercado.
Ante esta circunstancia, debemos cuestionarnos qué podríamos hacer diferente para que genere más valor al cliente final, ya que es fácil crear al inicio una organización que tenga la cultura de “innovarse”, sin embargo, cuando la empresa tiene muchos años de estar haciendo lo mismo, es difícil detectar estos puntos de mejora y tarde o temprano llegara “el Toyota” de nuestro sector a robarnos nuestro mercado.
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