En el año 2005, durante la administración del expresidente Vicente Fox, se impulsó una reforma para que los autos importados de Estados Unidos pudieran legalizarse en nuestro país.
Con esta decisión, se desencadenó la creencia de que la legalización excesiva de vehículos foráneos frenaría la venta de automóviles nuevos comercializados en México. Sin embargo, es difícil soportar esta hipótesis con datos.
Una de las principales teorías es que la industria sufre bajas en sus ventas debido al cambio generacional, de la Generación X a la Generación Y, conocidos también como los Millennials.
Los Millennials son conocidos como “la generación Peter Pan”, ya que constantemente aplazan las decisiones y comportamientos relacionados a la vida adulta, como formar una familia, adquirir una vivienda o comprar un auto, hasta pasados de los 30 años de edad. Contra generaciones anteriores, el poder adquisitivo de los Millennials tiende a ser menor. Y prefieren invertir su capital en gadgets y en viajes antes que en un vehículo.
Adicionalmente, los Millennials suelen vivir en ciudades, donde cada vez es más problemático y costoso tener un auto. Los altos precios de combustible, la búsqueda y pago de estacionamientos, y las normas de verificación cada vez más estrictas causan que opten por medios de transporte alternos como la bicicleta, la motocicleta e incluso alternativas compartidas, como el programa de ecobici o el transporte particular compartido, habilitado por empresas como Tripda.
Para repuntar la venta de autos nuevos, las automotrices y financieras deben adaptarse a la nueva era con cambios más agresivos. Principalmente, bajando las tasas de interés en los créditos automotrices y diseñando automóviles que ofrezcan cabalmente todo lo que un Millennial desea: bajo costo, versatilidad, economía de combustible, excelente desempeño y conectividad con las nuevas tecnologías de navegación e información.