Merecemos un México mejor

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Sométanse por causa del Señor a toda autoridad humana, ya sea el rey como suprema autoridad, o a los gobernadores que Él envía para castigar a los que hacen el mal y reconocer a los que hacen el bien. Den a todos el debido respeto: amen a los hermanos, teman a Dios, respeten al rey.

1 Pedro 2:13,14 y 17

Ante los difíciles momentos que vive actualmente México, el Presidente y todas las autoridades de los diferentes niveles de gobierno necesitan el apoyo solidario de la ciudadanía para poder enfrentar con éxito los retos.

Hoy más que nunca se requiere que las autoridades hagan bien su trabajo, pero también es necesaria la corresponsabilidad de todos los mexicanos en cada una de sus actividades, por ejemplo: la noble tarea de educar bien a los hijos en el hogar con principios y fundamentos, tanto espirituales como morales; coparticipar en actividades cívicas de nuestra comunidad, entre muchas más.

No porque el Presidente o nuestros funcionarios tomen las decisiones de gobierno, los ciudadanos debemos dejar de asumir nuestra responsabilidad de hacer mejor las cosas en el ámbito que nos corresponde.

Sin duda, la complicada situación por la que atraviesa el país requiere, entre otras acciones, que cada uno de los mexicanos tome conciencia: México es de todos los mexicanos, y sin importar el color del partido político al que representen, hoy es tiempo de elevar una plegaria para que Dios proteja e ilumine al Presidente Felipe Calderón Hinojosa, a su gabinete, y a todos los que están en el servicio publico. Ellos fueron puestos por el pueblo, y permitido por Dios, y Él nos manda respetar a las autoridades (Romanos 13:1-7).

En, Pablo, el apóstol de Cristo da instrucciónes precisas: “Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acción de gracias por todos , especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna”. Primera de Timoteo 2:1 y 2.

Así que ¡oremos por ellos y por un México mejor!.

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¿No le gusta el país en el que vive?

¡Cámbielo usted mismo!

Y si no participa…. ¡No se queje!

¿Considera absurdo el robo de camiones de carga, a veces hasta con asesinatos de los camioneros?

Solución: Exija la factura en todas sus compras.

¿Usted estima como irracional el desorden causado por los vendedores ambulantes?

Solución: Nunca compre nada a ellos. La mayor parte de sus mercaderías son productos robados, falsificados o contrabandeados.

¿Usted encuentra insensato el enriquecimiento ilícito?

Solución: No lo admire, ni lo practique; repúdielo y no genere actos de corrupción ni pequeños ni grandes.

¿Usted observa como alarmante el índice de criminalidad en este país?

Solución: invierta en México si es empresario; trabaje con calidad si es empleado y ambos paguen sus impuestos. No sea aviador, ni lo permita. ¡Produzca con calidad y pague sueldos de dignidad! Con ello, podrán darles una educación de calidad a sus hijos y evitar la formación de delincuentes. No hay criminal que no salga de una familia.

¿Usted encuentra terrible el problema de la drogadicción?

Solución: únicamente atienda bien a sus hijos y ni siquiera tendrá que vigilarlos.

Si usted considera que ninguna de las cosas anteriores mejoraría el país; entonces usted es parte del problema y no de la solución. ¡Piénselo! Y forme parte de la solución, no del problema que aqueja a la nación

La solución inicia conmigo y contigo.

Y si no participa…. ¡No se queje!

Necesitamos cambiar nuestro comportamiento para que podamos vivir en un país donde tengamos el orgullo de decir: Yo soy mexicano.

Estando quieto, usted no contribuye con nada; por lo tanto, no puede exigir algo.

Necesitamos mejorar nuestro país.

Vamos todos a vivir con ética y eso tiene que comenzar con cada uno.

Danos luz en su camino

Querido Dios vengo ante tu presencia con un espíritu de arrepentimiento para pedirte perdón porque he tenido fallas como ciudadana(o) por lo que te pido me des la sabiduría necesaria para darle el debido respeto a mis autoridades, sin importar rango o cargo; desde el oficial de policía de la esquina, jefe de manzana, autoridades de mi trabajo, gobernadores, hasta el Presidente.

Dios te pido por cada uno de ellos; y por aquellos que no te conocen como son: los asesinos, secuestradores, narcotraficantes y delincuencia organizada para que les des luz en su camino, y te conozcan y sepan que tu eres un Dios de Amor y que a ellos también los amas y que deseas que se acerquen a ti para que cambien su manera de vivir y poderte reponer este mundo que lo hemos maltratado mucho, te lo pido en el nombre glorioso de tu hijo Jesucristo. Amén.

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