Con inversiones anunciadas por cuatro mil 600 millones de dólares en plantas automotrices en nueve meses, México recuperó terreno frente a la dura competencia del sur de Estados Unidos, donde se otorgan subsidios de 25 a 30 por ciento para atraer fábricas de ensamble de automóviles.
De 1995 al 2010, estados del sur de Estados Unidos lograron en conjunto la construcción de una planta automotriz por año en promedio, cada una de ellas con inversiones que bordean los 800 millones de dólares.
En contraste, pasaron varios años para que México construyera una nueva planta, la de Ford en Hermosillo, Sonora, anunciada en el 2008, y desde entonces continuó la sequía en inversiones.
Pero en junio del 2011 comenzó un giro. Mazda anunció la instalación de una planta y luego le siguieron Honda, en agosto de ese año; Nissan, en enero del 2012, y en marzo pasado Ford, que aunque no con una fábrica, por su monto de mil 300 millones de dólares equivale a una.
México posee menores costos de producción y acuerdos de libre comercio, mientras que Estados Unidos cuenta con demanda de autos y estados como Georgia, Alabama y Kentucky otorgan subsidios de entre 200 y 300 millones de dólares por planta.
Además de las inversiones anunciadas en México, la nueva fábrica de Chrysler-Fiat, el otro gran arribo esperado, se mantiene latente.
Según el gobierno de Coahuila, Chrysler, en alianza con Fiat, desembolsará alrededor de mil millones de dólares del 2012 al 2013 para establecer una nueva armadora en Derramadero, donde producirá una van Fiat que utilizará la plataforma de la Ducato.
También es probable que Audi, una filial de Volkswagen, abra otra nueva fábrica en México, la que empezaría a operar en el 2015, de acuerdo con el semanario alemán Der Spiegel, aunque la empresa matriz aclaró que la decisión del sitio la definirá en la segunda mitad del 2012.
Por: Roberto Morales
Fuente: www.eleconomista.com.mx