La aerodinámica del Mustang GTD está a otro nivel y es gracias al desarrollo tecnológico logrado a través de la simulación por computadora y las pruebas de manejo en condiciones reales que han conseguido darle esta propiedad que le permite lograr estabilidad y velocidad.
El rendimiento aerodinámico del Mustang GTD se debe al sistema de reducción de arrastre que utiliza un sistema hidráulico que puede cambiar el ángulo del alerón trasero y activar las aletas de la parte delantera.
Este control permite al vehículo encontrar la mejor disposición para un adecuado flujo del aire, rendimiento y carga aerodinámica de agarre de acuerdo con las condiciones del camino.
Por ejemplo, en curvas, el DRS es el encargado de cerrar el alerón y la aleta para lograr un perfil aerodinámico adaptado a las necesidades de estabilidad y de esta forma proporcionar al Mustang GTD el agarre necesario para no perder velocidad o control.
Por otro lado, el cuerpo permite el despeje de obstáculos y la disminución de altura hasta en 40mm para una suspensión más cercana al suelo, lo que ayuda a mejorar el flujo de aire encima y alrededor de la carrocería y que funciona bien para la conducción en calle.
Greg Goodall, ingeniero jefe del programa Mustang GTD, menciona, a propósito de esta innovación, que “Cada superficie, apertura del cuerpo y ventilación en y debajo del cuerpo de Mustang GTD es funcional”, es decir, cumple el propósito de brindar agarre, estabilidad y velocidad.
La tecnología aplicada a las propiedades del Mustang GTD hacen que sea una de las opciones preferidas de los superdeportivos que compiten en pistas de carreteras con altas exigencias como el Road Atlanta o el Spa en Bélgica.
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