Muchos talleres mecánicos empezaron en la banqueta, y una buena parte de ellos logra dar el salto a establecerse en un local donde pueden empezar a tener espacio para guardar herramienta y encerrar los autos de sus clientes. Llegar a este momento de la vida de tu negocio implica empezar a conducir tu proyecto de una forma diferente, para lograr no una sobrevivencia de emprendedor sino una permanencia como empresario.
Y si estás ya “arrastrando el lápiz”, una de las primeras cosas que debes tener presente en este negocio es este enfoque que nos comparte Luis Fernando Martínez Chávez, fundador y propietario de SEDiesel: “Este trabajo incide en la seguridad y vida de las personas que abordarán un vehículo al que le darás servicio”.
Aquí un “ABC” para iniciar con tu taller, las mejores prácticas desde el inicio:
Hacer un análisis de qué personal necesitas conforme la empresa vaya creciendo. Un error común es buscar personal, pero sólo sabemos qué queremos que hagan (más o menos), pero no nos damos a la tarea de definir un perfil donde tengamos claro, también, su nivel de experiencia y cuánto le pagaremos. Y atención con el perfil del personal técnico; ya no alcanza con saber Mecánica, necesitarás gente que tenga bases sobre Electrónica y Autotrónica. “Es importante dimensionar la ayuda que necesitaremos para poder entregar los trabajos a tiempo. ¿Contrato un asesor de servicio o recepcionista o ambos? Una decisión así puede definir más de lo que imaginas el rumbo de tu taller”, explica Óscar David Carranza Ramírez, gerente y dueño de Carranza Motors.
La capacitación administrativa es clave.
Si sólo te enfocas en la capacitación técnica, de nada servirá que seas el mejor taller con los mejores técnicos en la zona. En algún momento del plan de crecimiento del taller, la capacitación administrativa es más importante que la capacitación técnica.
“Los errores en un taller no sólo inciden en lo mecánico, también en lo administrativo y ahí puede perderse mucho dinero. La mentalidad no puede ser: ‘bueno, si falla lo vuelvo a arreglar’. Quizá sea difícil comprenderlo al inicio, pero la parte administrativa es un punto clave para el buen desempeño del taller”, comparte Carranza Ramírez.
Analizar cómo repartir el trabajo.
Este análisis dependerá del promedio de servicios que se tienen o esperan al día y con ello proyectar el trabajo mes con mes. Ojo con la temporalidad, hay épocas en el año que baja el trabajo.
Comunicación y trabajo en equipo.
Te recomendamos que hagas la disciplina de hacer una junta minutos antes de alzar las cortinas del negocio. Hablar sobre lo que se hará en el día y qué debe estar listo es importante comunicarlo, que todos sepan qué estarán haciendo los demás. Los pizarrones siguen siendo una gran herramienta para comunicarse dentro de un taller.
Aprender a delegar como el líder del equipo que eres. Como jefe, tu labor es planear y vigilar que esa planeación suceda, resiste la tentación de meterte a operar tú también sólo porque las cosas no están sucediendo a la velocidad que tú esperas.
Escucha y haz las preguntas pertinentes.
Procura que quien esté asignado al diálogo con el cliente o si eres tú mismo, que la conversación te de información útil sobre lo que tiene el auto o lo que necesita del servicio que irá a contratarte. Pregunta, aunque te parezca obvio lo que te dicen. Los clientes suelen escuchar ruidos y que es la razón por la que muchas veces llevan los autos a un servicio.
“Suele pasar que te dicen que “algo suena” y si no preguntas puedes dedicar tiempo a lo mejor a revisar la suspensión y hasta cambiar piezas, pero que resulte que luego de “la reparación” siga apareciendo el sonido y no era más que la guantera que venía mal colocada… :-/ ”, narra Edgar Velázquez Arciniega, gerente del área de Servicio de Ford Zapata Tlalnepantla.
Definir qué tipo de servicio proporcionarás.
¿Te especializarás en una marca? Defínelo. ¿En suspensiones y llantas? ¿Transmisiones? ¿Frenos y afinaciones? Esto determinará qué personal debes contratar, qué nivel de stock necesitas de refacciones y el tipo de herramienta que deberás comprar como parte de la inversión inicial.
Amplía tus métodos de pago.
La época en que los negocios se pagaban con sólo dinero en efectivo ya pasó. Mucha gente prefiere pagar con tarjetas de débito o crédito. Hoy día puedes hacer acuerdos con los bancos. De inicio no te dejes apantallar por los “beneficios” ni amedrentar con las comisiones. Hoy día es tal la competencia por bancarizar los negocios, que si eres hábil ni siquiera tendrías que pagar por una terminal inalámbrica. Otras opciones: los periféricos que se adaptan a su celular y que te permiten hacer cobros con cualquier tipo de tarjeta bancaria. Las opciones más famosas en el mercado son Clip y Señor Pago.
Darte de alta en el SAT.
Un atractivo de tu negocio para cierto tipo de clientes, será la emisión de facturas, las cuales ellos pueden usar para deducir cierto porcentaje de impuestos. Pagar impuestos por tener un negocio no nos gusta a muchos, pero te abrirá la puerta a un nuevo tipo de cliente más formal.
Decidir la marca en la que te especializarás.
Hoy día nadie puede ser multimarcas. El camino está dividido por tecnologías en los motores: Combustión interna, híbridos y eléctricos. Además, está la electrónica, la cual cambia de un sello automotriz a otro.
Ojo con la imagen que proyectas:
¿Mecánico o talachero? Cuando empiezas a recibir capacitación técnica te das cuenta de que la proyección de una buena imagen es importante. ¿Tú le dejarías las llaves de tu auto a alguien que no te inspire confianza por su aspecto? Un negocio que busca crecer empieza desde una buena imagen, te respalda el trabajo y lo que hace que el cliente regrese es que el trabajo fue bueno y no tuvo problemas.
Errores comunes
No contratar al personal con un contrato y prestaciones desde el inicio.
Debes estar cubierto en este aspecto por una razón relevante: un accidente entre tu equipo de trabajo puede ocurrir en cualquier momento y eso incluye las primeras semanas en las que están a prueba.
No respetar protocolos de seguridad.
Un cambio de aceite requiere que se calce el auto, por ejemplo. Uno más: Si un vehículo ingresa por falla eléctrica (un corto), no deben dejarlo al final porque puede suceder que ese problema sea el catalizador de un incendio. Debe evaluarse si implica algún peligro o no.
Distraerse cuando se colocan de regreso las llantas en su sitio.
Muchas veces no se aprietan los birlos por descuido, premura o presión por mucho trabajo.
No tener un protocolo de recepción y/o entrega de un vehículo, donde obviamente se considere verificar puntos de seguridad. Debe ser una hoja firmada por la persona que tengas asignada en las labores de gerencia o supervisión en ese tramo del trabajo. Tener un protocolo para la entrega de los autos a clientes, baja de forma significativa las posibilidades que haya accidentes una vez que el cliente ponga en circulación su auto.
Complacer a un cliente no siempre es buena idea.
Un error muy común es tratar de consentir a un cliente poniéndole piezas que compró y que no son para su vehículo, pero que por ahí le dijeron que sí le quedaba. Si aceptas y no quedan, el cliente se decepcionará de ti, no de quien le vendió los componentes. Atento con esto porque es fácil perder credibilidad, al cliente y, por ende, también dinero.
Por David Aguilar Juárez