En los últimos meses se han presentado situaciones graves que han golpeado a los talleres mecánicos. Primero, la crisis financiera y después el conflicto sanitario, lo que debe llevar a pensar a los propietarios que las cosas no pueden seguir igual.
En planeación, se suele utilizar una frase para que no demos nada por hecho: “Lo único seguro es el cambio”.
Hacer planes como si nada fuera a ocurrir ya no sirve en un mundo tan cambiante como el actual. A mediados del año pasado, sólo los expertos preveían una crisis en los mercados financieros. La gente común seguía haciendo proyectos y endeudándose como si los negocios fueran a vender al mismo ritmo.
Ahora, al presentarse este periodo difícil, los clientes comenzaron a alejarse de los talleres. En nuestros cursos y conferencias es común el comentario: “la chamba está baja”. Y todavía no nos recuperábamos de ese golpe cuando nos vimos nuevamente afectados por la epidemia de la influenza.
¿Qué podemos aprender de esto? Pues que ya nada es seguro, que los clientes que hoy llenan mi taller, mañana se pueden ir para no volver; además de presentarse situaciones como un terremoto, inundación o incendio que puedan acabar con mi empresa.
Enfrentando cambios
Estos escenarios tan cambiantes nos deben enseñar a que debemos estar preparados para cualquier situación. A raíz del problema de la influenza, un ama de casa, que vende dulces para apoyar a su esposo, me comentó: “ya no puedo vivir al día, debo aprender a ahorrar”.
Que bueno que a partir de una dificultad, en lugar de la queja haya propuestas. De igual forma, en los talleres ya no podemos dar por hecho que las cosas van a ser siempre igual, porque ignorar los cambios puede ser peligroso.
Estrategias
Toda empresa debe tener un plan de emergencia que le permita enfrentar entornos complicados como los arriba mencionados.
Contar con ahorros y ser mesurado en los gastos es una buena estrategia para tener recursos disponibles y enfrentar las crisis. También, localizar riesgos y disminuirlos debe ser una disciplina constante de todos los días.
Respaldar información importante como permisos de funcionamiento, alta en Hacienda o contratos de arrendamientos de igual manera ayuda a enfrentar un problema. Hay talleres en los que estos documentos han sido robados, extraviados o dañados y su falta ocasiona conflictos.
Con el uso de la computadora, respalde la información de sus clientes y en general todo lo que considere importante.
Revise constantemente su trabajo, lleve estadísticas de los clientes y trabajos que atiende. Si detecta que éstos disminuyen, identifique por qué tiene menos trabajo y busque revertir la situación.
No se conforme con los clientes que tiene, busque más. Atiéndalos bien para que regresen. No se quede estático en su zona de confort, recuerde que en cualquier momento puede desaparecer.
Juegue con diferentes escenarios, por ejemplo (Dios no lo quiera) piense qué pasaría si el día de mañana usted sufre un accidente o una enfermedad que lo mantuviera en cama. ¿Qué pasaría con su negocio? ¿Qué acciones tomaría? ¿En quien podría confiar en una situación así?
Jugando con las circunstancias puede imaginar qué pasaría si le piden el local en el que trabaja, si sus clientes disminuyen drásticamente, si el dólar se incrementa al doble. De la forma en la que se responda usted esas preguntas, irá desarrollando su capacidad de generar siempre un plan de emergencia.
Preparado para la emergencia
Una emergencia empresarial puede ser como un incendio. No se espere a que haya un fuego en su negocio, mejor evítelo y anticípelo. Siga las normas de seguridad, mantenga alejados los materiales inflamables y, sobre todo, aprenda a manejar el extintor. Si el fuego lo toma de sorpresa, le hará mucho más daño.