Los diputados María del Carmen Pinete Vargas y Jorge Luis Llaven Abarca, del PVEM, propusieron otorgar incentivos fiscales a las empresas que inviertan en procesos de utilización de residuos.
Esto implicaría la reforma al artículo 22 Bis de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Los incentivos fiscales no sólo se entregarían a la creación de biocombustibles, sino cualquier otro producto que contribuya a disminuir el impacto de una actividad altamente contaminante.
Para efectos del otorgamiento de los incentivos fiscales, buscan considerar prioritarias las actividades relacionadas con la inversión. Esta debe enfocarse al desarrollo e implementación de procesos que utilicen residuos para la generación de productos o aditivos. Su empleo debe coadyuvar a la reducción del deterioro ambiental en actividades altamente contaminantes.
La iniciativa busca reconocer e incentivar las prácticas relacionadas con el cuidado ambiental a través de beneficios que tengan como objeto dar continuidad a las mismas.
Los diputados argumentaron que aunque hay empresas y personas públicas y privadas comprometidas con el cuidado al medioambiente, no siempre existen los recursos y apoyos.
La iniciativa para el otorgamiento de incentivos fiscales fue enviada a la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Los residuos impactan en la salud
María del Carmen Pinete y Jorge Luis Llaven destacaron que según datos periodísticos, en México se producen cerca de 44.6 millones de toneladas de residuos. De esa cifra, siete millones son plásticos que acaban en la basura o contaminando los ecosistemas.
Esos residuos tienen un impacto negativo en el ambiente y en la salud humana. Por lo que es necesario contar con leyes, políticas, programas y mecanismos como el otorgamiento de incentivos fiscales, que permitan avanzar hacia la solución de la creciente problemática, mencionaron.
Destacaron que la crisis ambiental lleva a generar alternativas que permitan solucionar problemas existentes. En el caso de los residuos, se busca que su empleo tenga un doble beneficio. Por una parte, su erradicación al ser usados en procesos. Por otra, que esa reutilización se convierta en un producto o proceso que impacte positivamente en el cuidado del medioambiente.
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