La Secretaría de Economía advierte que el 52 por ciento de la producción anual de bienes y servicios se genera a través de pequeñas y medianas empresas (PyMEs), sector que genera un promedio de cuatro millones de negocios y ocupa el 70 por ciento de la planta laboral nacional.
Para el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) las medianas y pequeñas empresas en nuestro país representan más del 90 por ciento del total de los negocios, además de generar un número importante de empleos directos con un efecto multiplicador en la cadena productiva y en la economía nacional.
Por ello, actualmente existe una diversidad de negocios de este tipo que buscan activar su desarrollo mediante un crédito, el cual no se obtiene fácilmente ante la desconfianza de las financieras y lo difícil que resulta cumplir con todos los trámites requeridos.
En este contexto, la Secretaría de Economía (SE) advierte que algunos de los principales obstáculos para el desarrollo de las PyMEs se generan en la duplicidad y dispersión de programas de apoyo; poca capacidad de gestión y administración; competencia desleal del sector informal y falta de financiamiento.
Según el estudio “Perspectivas de las PyMEs en México 2008”, realizado por Nielsen y Visa a cerca de 400 compañías nacionales, sólo el 16 por ciento de éstas declaró contar con algún tipo de crédito para su negocio, proveniente, en su mayoría, de sus proveedores o del uso de alguna tarjeta de crédito.
Respecto a las PyMEs del sector automotriz, el número de oportunidades de crecimiento ha ido en aumento en los últimos años con el establecimiento de talleres dedicados a la reparación, refaccionarias y autoboutiques, principalmente.
Opciones bancarias
Ante la demanda de apoyos financieros por parte de las PyMEs, hoy en día diversas instituciones privadas y gubernamentales se han dado a la tarea de abrir su cartera de clientes a este sector empresarial, al diversificar sus opciones de financiamiento o arrendamiento, con el objetivo de que los propietarios favorezcan su desarrollo y brindar un mejor servicio a sus consumidores.
En este ámbito, las instituciones bancarias han logrado posicionarse mediante esquemas especializados a PyMEs al facilitar el uso de tarjetas crediticias empresariales.
Por ejemplo, Banamex ofrece entre sus opciones para pequeñas y medianas empresas su producto “Impulso Empresarial”, tarjeta de crédito que promueve la administración en los gastos de la empresa.
El uso de esta tarjeta, a decir de la institución bancaria, garantiza protección en compras, recompensas por uso y pago cumplido, programa de pagos diferidos, descuentos especiales en establecimientos y acceso a la red de más de 30 millones de comercios.
Por otro lado, Banorte también proporciona opciones para el crecimiento de microempresas (menos de cinco personas) a medianas compañías, mediante el servicio “Créditos Pronegocio”, en el que se prestan desde 10 mil hasta 50 mil pesos destinados al surtido del negocio, equipos y herramientas, ampliación de instalaciones, entre otras necesidades, en un plazo de pago de hasta dos años, con retribuciones quincenales o mensuales.
Para ser sujeto de crédito, esta institución bancaria exige al cliente contar con un año como mínimo de antigüedad, presentar aval y comprobantes de identificación.
En tanto, Bancomer oferta “Negocios PyMEs Bancomer”, opción que facilita los proyectos de crecimiento mediante créditos de equipamiento y capital de trabajo.
En este caso, si el empresario selecciona el equipamiento de negocios, se garantiza un crédito simple para la adquisición de equipo nuevo nacional o importado menor a 1.5 millones de pesos; mientras que en crédito líquido PyME, facilita el pago a proveedores, de servicios, nómina o prestaciones a empleados con montos superiores a 1.5 millones de pesos, además de promover la tarjeta de negocios Bancomer.
Con esta tarjeta, el cliente tiene la ventaja de realizar pagos fijos o promociones de meses sin intereses en comercios especializados para empresarios.
Para obtener esos beneficios, se deben cumplir con los requisitos de persona física con actividad empresarial; comprobar ventas mínimas mensuales de 50 mil pesos; contar con un mínimo de dos años de operación en el negocio; y tener buen historial crediticio.
De acuerdo con estas instituciones bancarias, la separación de los gastos empresariales de los personales aporta beneficios importantes, contribuyendo a organizar sus finanzas y llevar un control óptimo de los negocios, por lo que recomiendan el uso de una tarjeta de crédito o débito empresarial.
En el sector gubernamental, existe el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (Pronafim), impulsado por el gobierno federal, que otorga créditos hasta por 30 mil pesos, con una tasa de interés entre el 3.5 por ciento y 4.5 por ciento.