Las llantas requieren de un cuidado especial para evitar sorpresas desagradables al conducir. Por ello, se recomienda realizar una pausa y revisarlos con detenimiento y detalles. Es preciso señalar que son el único punto de contacto entre el auto y el camino, por lo que su buen estado es fundamental para garantizar una movilidad segura.
La vida útil de una llanta puede extenderse de forma considerable si recibe el mantenimiento adecuado. Esto incluye mantener la presión de inflado correcta, realizar rotaciones periódicas, asegurar la alineación y balanceo, y adoptar un estilo de manejo responsable. Factores como la carga del vehículo y la antigüedad de las llantas también influyen en su desgaste.
Revisión semestral
Visitar a especialistas en llantas es la forma más segura de evaluar el estado de los neumáticos. Los expertos pueden detectar problemas a tiempo y recomendarte la mejor solución según tus necesidades.
No obstante, hay una serie de acciones que es recomendable seguir para saber el estado de los neumáticos.
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Presión de inflado: Se debe verificar que todas las llantas, incluida la de refacción, tengan la presión recomendada por el fabricante.
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Desgaste del dibujo: Si el relieve está liso o presenta un desgaste desigual, es momento de cambiarlas.
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Rotación de llantas: Esto ayuda a que el desgaste sea uniforme y prolonga su vida útil.
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Alineación y balanceo: Si se notan vibraciones en el volante o el vehículo se desvía hacia un lado, es señal de que necesitan revisarlos.
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Inspección visual: Si se notan cortes, abultamientos o grietas son signos de alerta y requieren atención inmediata.
Además de prolongar su vida útil, cuidar las llantas también optimiza el consumo de combustible y el desempeño general del vehículo. Un mantenimiento preventivo ahorra costos a largo plazo y brinda la tranquilidad de conducir con confianza en cualquier camino.
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