En los últimos días la industria automotriz mexicana se encuentra en un debate por la posible imposición de aranceles a los productos chinos, que si bien, han afectado de forma negativa al mercado nacional, también hay proveedores de autopartes de renombre que tienen sus plantas en aquel país.
En conferencia de prensa, Roberto de la Rosa, Presidente de la Asociación Nacional de Representantes, Importadores y Distribuidores de Refacciones y Accesorios para Automóviles (ARIDRA), hizo un llamado al diálogo con las autoridades para reconsiderar la posible imposición de aranceles a autopartes importadas.
“El aftermarket depende en gran parte de la importación para abastecer a un parque vehicular de más de 35 millones de unidades. Elevar los aranceles significaría un aumento en los costos para talleres, distribuidores y, en última instancia, para los consumidores”, explicó.
La ARIDRA se mostró preocupada, ya que, aunque la medida busca fortalecer la producción nacional, esta podría impactar negativamente a toda la cadena de valor del aftermarket, un mercado que mueve 33 mil millones de dólares anuales y genera 950 mil empleos directos.
Advirtió que esta medida podría fomentar el mercado informal, el contrabando y la entrada de piezas de baja calidad, afectando tanto la economía familiar como la seguridad vial.
De acuerdo al organismo, las importaciones chinas representan cerca de 8 mil millones de dólares.
Insistió en que la ARIDRA no se opone al fortalecimiento de la industria nacional, sin embargo, “los aranceles no son la única ni la mejor herramienta”
El dirigente subrayó la necesidad de establecer un diálogo con la Secretaría de Economía, la INA, la AMIA y otras asociaciones del sector, para analizar el impacto real de la medida en toda la cadena productiva, “desde el fabricante de equipo original hasta el taller de barrio”.
“La fortaleza de México está en su integración con la industria global. Tomar medidas unilaterales puede minar nuestra competitividad”, concluyó Roberto De la Rosa.