Roberto de la Rosa inicia su mandato al frente de la Asociación Nacional de Representantes, Importadores y Distribuidores de Refacciones y Accesorios para Automóviles (ARIDRA) con mucho entusiasmo y ganas de dejar huella.
Su voz transmite vitalidad y energía, esa fuerza y motivación que se requiere para transformar e impulsar los cambios que necesita una asociación con 80 años de historia.
En su primer análisis encontró que así como hay muchos empresarios mayores, también existe un grupo muy joven que quiere ser escuchado. Parte de su labor será abrir la puerta para atender las ideas de los jóvenes empresarios y mediar entre los más longevos para evolucionar e impulsar a la asociación en el corto y mediano plazo.
“Uno siempre quiere dejar huella, chica o grande, ante la sociedad o con los hijos y mi intención es dejar una marca sobresaliente en un sector que sigue evolucionando”, afirmó.
En una amena charla, Roberto de la Rosa se mostró afable, platicador y reflexivo, pues entiende la gran responsabilidad que representa “modernizar” a la ARIDRA. “El reto para el futuro es seguir adaptándonos, ser como un camaleón para hacer frente a lo que venga, porque no hay nada eterno, si tienes esa idea en la cabeza vas a seguir adelante”.
“Hemos hablado, en la última década, de la venta por medios electrónicos, de plataformas y cómo nos hemos adaptado. Nosotros hemos evolucionado nuestro canal, la distribución ha cambiado”, agregó.
Un hombre de retos
El también director de Grupo G explicó que, tal vez, el reto más grande que tiene es rebasar las metas que pusieron las generaciones anteriores. “Este es un desafío que traigo en la mente todos los días, siempre visualizo a dónde llegó mi padre y la meta que debo alcanzar”, comentó.
La plática se torna reflexiva y el directivo se sincera. “Uno de mis más grandes miedos es estar al frente de algo, pero también es mi más grande desafío. Siempre me levanto para buscar un nuevo reto, ¿con qué fin? Para hacer una mejor versión de mí, en lo personal y lo laboral. Ahora estamos en ARIDRA, pero también tengo mis años recorridos como consejero en la Cámara Nacional de Comercio”, dijo.
Vitalidad
A pesar de los retos, Roberto de la Rosa se mantiene alegre, ¡Vivo! “Tengo esa luz en mi vida y quiero mantenerla”.
Su positivismo se contagia. “Todos tenemos problemas, circunstancias difíciles en algún momento de la vida, pero, a pesar de esas complicaciones tienes que vivir, cuando te enfrentas a esos problemas demuestras que estás vivo”, afirmó. Y eso es lo que le quiere dejar a las nuevas generaciones, esas ganas de vivir y cambiar las cosas.
Precisamente esos valores son los que le dejaron sus maestros de vida, “de mi padre aprendí lo testarudo, porque siempre fue una persona que se empeñaba y si no sabía cómo hacerlo, preguntaba a uno, a otro”. Y de mi madre, la tenacidad, “Me enseñó a vivir y disfrutar mis sueños”.
Y sí, así se define Roberto de la Rosa, como un eterno y joven soñador. “Siento que por mí no han pasado los años. Tengo algunas actitudes “infantiles”, pero es porque le doy paso a mi niño interior. Tomar las cosas a pecho es complicado, de por sí la existencia es difícil y si pones esa rigidez en tu vida la vas a sufrir, por eso me describo como un soñador”.
¿Quién es?
Roberto de la Rosa
- Presidente de ARIDRA
- Director de Grupo G
- Estudió Psicología Industrial Organizacional en la Universidad de las Américas
- Cuenta con un Diplomado en Harvard
“Tomar las cosas a pecho es complicado, de por sí la existencia es difícil y si pones esa rigidez en tu vida la vas a sufrir”
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