Los vehículos híbridos eléctricos se presentan como una alternativa viable y responsable para quienes buscan equilibrar confort, eficiencia y conciencia ecológica, es aquí donde destaca la nueva Toyota Highlander.
Una SUV híbrida eléctrica (HEV) combina el dinamismo y la amplitud de un vehículo familiar con una motorización pensada para reducir la huella ambiental.
Toyota Highlander integra un motor de combustión de 2.5 litros y un motor eléctrico de imanes permanentes, alcanza una potencia combinada de 243 caballos de fuerza y un torque de 186 lb-pie. Gracias a su batería híbrida de níquel-hidruro metálico, ofrece un rendimiento combinado de hasta 20.75 km por litro, lo que lo posiciona como una opción eficiente para trayectos urbanos y viajes largos.
Pero más allá de las cifras técnicas, Highlander representa una forma diferente de relacionarnos con la movilidad. Cada kilómetro recorrido con menor consumo de combustible es una aportación directa al bienestar ambiental de las ciudades, donde la calidad del aire y el ruido urbano son problemáticas crecientes.
Con Highlander, Toyota propone un cambio de paradigma: conducir no solo como un medio para llegar, sino como una acción consciente que contribuye a un entorno más saludable.
En el interior, Highlander apuesta por la comodidad, seguridad y tecnología. Con espacio para hasta ocho pasajeros, ofrece asientos de piel sintética con calefacción y ajuste lumbar eléctrico, ideal para viajes en familia o con amigos.
En cuanto a seguridad, todas las versiones del Highlander incorporan el sistema Toyota Safety Sense 2.5, uno de los paquetes más avanzados de asistencia al conductor, que incluye funciones como frenado automático de emergencia, alerta de cambio de carril y control de crucero adaptativo. Además, suma el Star Safety System, un conjunto de seis tecnologías enfocadas en prevenir accidentes y mejorar la estabilidad del vehículo en condiciones adversas.
Conducir un Highlander no solo es una experiencia placentera gracias a su desempeño silencioso y suave, también es un acto de responsabilidad. Es la posibilidad de disfrutar del presente sin perder de vista el mañana. Porque cuidar el planeta no implica renunciar a lo que nos gusta, sino aprender a vivirlo de una forma más inteligente y respetuosa.