Todos nos preguntamos alguna vez, si realmente vale la pena seguir trabajando en lo que hacemos.
¿Cómo ve la situación, ingeniero? Me pregunta un mecánico y, después, casi sin esperar mi respuesta, escucho una serie de quejas acerca de la falta de dinero, de la exigencia de los clientes y de la opción de “buscarle por otro lado”.
Para nadie es un secreto que los tiempos van cambiando y que la situación en algunos casos se vuelve difícil y complicada, pero también debemos hacer un ejercicio de reflexión y saber distinguir en nuestros problemas qué es parte de la situación externa y que no, es decir, que parte del problema lo estoy causando yo directamente y solamente a mí me toca resolverlo.
Por ejemplo, un taller no es culpable de que sus clientes no tengan dinero, pero sí lo es de no abrir a la hora que ofrecen y, que por eso, sus clientes busquen por otro lado.
Un taller no puede hacer que la economía global se acelere, pero si, revisar sus gastos para dejar de tirar dinero con luces encendidas que nadie ocupa o con compras duplicadas a causa del desperdicio.
De entrada, si queremos que nuestro taller sea rentable y ganar el suficiente dinero, debemos de hacerlo de manera profesional e integral. Por cierto, ¿sabes cuánto entró a tu taller el mes pasado? Si no me puedes contestar esta pregunta, entonces podrías estar perdiendo o no ganando lo que debes.
Avanzando un poco más, debemos estudiar seriamente al cliente, tratar de entender por qué se comporta como lo hace y aprovechar este conocimiento para venderle y mantenerlo con nosotros. Pongamos un caso, tal vez estés pensando en que de nada sirve conocer al cliente si no hay dinero y nadie quiere gastar, es el estudio de la situación lo que te puede ayudar.
Si un cliente te dice que no tiene dinero, tú le puedes convencer que le conviene tener su auto bien reparado, porque le sale más barata una afinación que el consumo de gasolina o un cambio de banda que un arrastre de grúa y un rectificado de cabeza.
Y si estudiamos al cliente, también tenemos que hacerlo con los proveedores. ¿Sabes si la refaccionaria en la que compras comúnmente te da los mejores precios? En lo personal, he visto diferencias en el precio de la misma refacción de hasta el 20 por ciento.
Respecto al personal, ¿has pensado que ellos pueden levantar tu negocio o hundirlo? A mí me parece increíble como muchos dueños de talleres les ponen muy poca atención a sus trabajadores, se limitan a darles órdenes. La falta de normas, procedimientos de trabajo y de comunicación son muy costosas, provocan pérdidas de tiempo, problemas entre la gente y debilitan tu taller.
Si tú eres dueño de un taller y te llegaras a enfermar faltando varios días, ¿estarías tranquilo con la gente que se queda a cargo? Si tu respuesta es no, entonces tu negocio pende de un hilo. Por eso es importante que vayas armando un equipo con gente de confianza y comprometida (que sí la hay), pero debes invertirle tiempo a encontrarla.
Para ahondar más en este tema, los esperamos en Expo Reforma los días 27 y 28 de septiembre en el 6º. Encuentro Técnico Automotriz, donde tendremos la oportunidad de convivir y compartir.