Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.
En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que existe y que recompensa a los que le buscan.
Entonces los apóstoles le dijeron al Señor: ¡Aumenta nuestra fe!
Hebreos 11:1 y 6
Lucas 17:5
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Todos aspiramos a tener una vida mejor, pero, ¿cuántos de nosotros realmente luchamos por alcanzar esa mejor posición?, Abrir nuevos ciclos con nuevos bríos y renovar nuestros votos de fe, es siempre una esperanza para un mejor futuro.
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Empezar un nuevo año como si fuera cualquier cosa, es una enorme torpeza. Un año de vida es un regalo demasiado grande para echarlo a perder.
¿Alguna vez has sentido en lo más hondo de tu ser ese deseo profundo y enorme de mejorar o de cambiar?
Si es así, no dejes que el deseo se escape, porque no todos los días lo sentiras. Si hoy sientes esa llamada a querer ser otro, a ser distinto, atrápala con fuerza y hazla realidad.
El inicio de un nuevo año es el momento para reunir las fuerzas y toda la ilusión para comenzar el mejor año de la vida, porque el que se proponga convertir éste en su mejor año, lo puede lograr.
El año nuevo es una oportunidad más para convertir la vida, el hogar, el trabajo en algo distinto. “Quiero algo diferente, voy a comenzar bien, así será más fácil seguir bien y terminar bien. Quizá el año pasado no fue mi mejor año, me dejó un mal sabor de boca; éste va a ser distinto, quiero que así sea, es un deseo, es un propósito, y no lo voy a echar a perder.
Tengo otra oportunidad que no voy a desperdiciar, porque la vida es demasiado breve.
¿Quién es capaz de decir: Desde hoy, desde este primer día, todo será distinto. En mi hogar, me voy a arrancar ese egoísmo que tantos males provoca, voy a estrenar un nuevo amor a mi pareja y a mi familia, seré mejor padre o madre. Seré también distinto en mi trabajo, no porque vaya a cambiar de trabajo, sino de humor.
Incluso voy a desempolvar mi fe, esa fe arrumbada y llena de polvo, voy a poner un poco más de oración, de cielo azul, de aire puro en mi jornada diaria. Ya me harté de vivir como he vivido, de ser egoísta e injusto. Otro estilo de vida, otra forma de ser, ¿por qué no intentarlo?
En los ratos más negros y amargos, llenos de culpa, piensas: ¿Por qué no acabar con todo? Pero en esos mismos momentos se puede pensar otra cosa: ¿Por qué no comenzar de nuevo?
Algunos ven que su vida pasada fue gris, vulgar y mediocre, y su gran argumento y razón para desesperarse es: “He sido un don nadie, ¿qué más puedo hacer ya?”.
Pero otros sacan de ahí mismo el gran argumento, la gran razón para el cambio radical positivo: No me resigno a ser vulgar, quiero resucitar a una vida mejor, quiero luchar, voy a trabajar, ¡quiero volver a empezar!
Un año recién salido de las manos del autor de la vida, es un año que aún no estrenas. ¿Qué vas a hacer con él?, ¿El año pasado no te gustó?, ¿No diste la medida?, ¿Con éste qué vas a hacer?
Un nuevo año recién iniciado: Todo comienza si tú quieres, todo vuelve a empezar.
Yo me uno a los grandes insatisfechos, a los que reniegan de la mediocridad, a los que aún conscientes de sus debilidades confían y luchan por una vida mejor.
Todos desean a los demás y a si mismos un buen año, pero pocos luchan por obtenerlo. Prefiero ser de los segundos.
Anónimo