En un ambiente lleno de fiesta, el Autódromo Hermanos Rodríguez recibió auténticas piezas de museo durante el XIII Gran Premio Histórico de la Ciudad de México. Los asistentes se dieron cita en las inmediaciones del evento desde muy temprano, todos ávidos por conocer de cerca sus autos favoritos.
El evento logró reunir a más de 300 autos, todos en condiciones impecables y con extraordinarios cuidados. Esta edición contó con autos emblemáticos de Ford, armadora con una presencia de 100 años en México, junto a clásicos de Chevrolet, y piezas de lujo como Maserati, Porsche y Audi que destacaron en la zona estática y en movimiento.
El evento alternó exhibiciones estáticas con emocionantes tandas en pista, donde incluso vehículos con alta potencia hicieron rugir sus motores para el disfrute de los aficionados. el Club Jaguar de México realizó su clásico arranque estilo “Le Mans”. Por otro lado, una amenidad clave fue el acceso al paddock, permitiendo a los fans admirar los autos de cerca, charlar con coleccionistas y compartir su pasión por las unidades.
Homenaje
El evento también recordó a uno de los más grandes pilotos de la historia: Juan Manuel Fangio, a 30 años de su fallecimiento, con una entrega de reconocimiento de parte del Museo Fangio a la Federación Mexicana de Automovilismo Deportivo.
Cabe señalar que el evento contó con el respaldo de la Secretaría de Turismo de la CDMX. Se calculó una derrama económica cercana a 10 millones de pesos solo en la zona del Autódromo.
El Gran Premio Histórico de la Ciudad de México no solo ofreció nostalgia, velocidad y espectáculo; también consolidó su papel como evento imperdible de los autos clásicos en la capital. Una experiencia para toda la familia, donde historia y pasión se encontraron en la pista.
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