La producción mundial de vehículos automotores registró un crecimiento del 1.60 por ciento durante el primer semestre del año 2013, en comparación al mismo período del 2012.
Para junio de este año, la cifra alcanzó los 43.5 millones de unidades fabricadas, según datos de la Organisation Internationale des Constructeurs d’Automobiles / International Organization of Motor Vehicle Manufacturers (OICA), ocupando China el primer lugar con 10,7 millones, seguida de Estados Unidos que produjo 5,6 millones de vehículos, Japón (4,6 millones), Alemania (2,8 millones), Corea del Sur (2,2 millones), India (2,02 millones), Brasil (1,8 millones). México alcanzó el octavo puesto con 1,5 millones de vehículos automotores producidos.
Los países que siguieron en la lista de mayores productores de vehículos automotores son Tailandia (1,3 millones), Canadá (1,2 millones), España (1,1 millones), Rusia (1,04 millones), Francia (910 mil), Reino Unido (812 mil) e Indonesia (586 mil).
Por regiones, Asia-Oceanía y Medio Oriente continúan a la cabeza, al concentrar 36% de la producción mundial de vehículos, seguida por Estados Unidos con 19 por ciento y la región NAFTA con 19 por ciento.
Respecto al top de los países con mayores ventas de vehículos nuevos, este es encabezado por China, seguido por Estados Unidos, Japón, Brasil, India, Alemania, Rusia, Reino Unido, Francia, Canadá, Corea del Sur, Tailandia, Italia, Indonesia y Australia. En este renglón México se ubicó en la posición 16 con 501 mil 987 vehículos vendidos, un 8.6 por ciento de crecimiento respecto al mismo período del año 2012.
Frente a este panorama se espera que durante la Mexico’s Auto Industry Conference 2013 (www.mexicoautoconference.com) el foro más destacado a nivel nacional en la industria automotriz, que se llevará a cabo los días 4 y 5 de diciembre en el Centro de Exhibiciones de aquella entidad, los principales voceros del sector den a conocer las estrategias nacionales a seguir para impulsar aún más la industria automotriz con políticas que fomenten las inversiones que puedan garantizar el crecimiento de la producción nacional en el sector y la generación de empleos, pese a las afectaciones que la reforma fiscal generará a la industria.