PELÍCULAS COMO Rápido y Furioso y Drive, han despertado
la inquietud por modificar un auto, no sólo en la vista exterior sino en las prestaciones mecánicas para obtener mayor potencia en el motor, aceleración o capacidad de respuesta. Sin embargo, como de la vista nace el amor, el exterior para los amantes de los autos no escapa a la serie de adecuaciones que realizan los consumidores para personalizar su vehículo.
Existen diversas maneras de ponerle un sello propio a un automóvil, entre ellas, destaca la customización o bien, la modificación del desempeño o prestaciones del auto con el uso del tuning, actividad que, a pesar de ofrecer diversas variantes para dar una imagen más deportiva, es un lujo muy caro que no todos pueden pagar.
SOMBRA AQUÍ, SOMBRA ALLÁ…
Con una amplia gama de soluciones para todos los gustos: extravagantes, coloridos, musculosos, deportivos, no importa cuál sea el estilo del cliente, hoy en día existe una amplia gama de accesorios de la más avanzada calidad, diseñados para mejorar la estética de un vehículo.
Entre las empresas de mayor reconocimiento en el mercado destaca AirDesign, una compañía de origen estadounidense que llegó a México en 1991 para renovar la cultura de la customización. La calidad en la fabricación de componentes en nuestro país les valió la reputación para atender con body kits y sistemas de protección para las camionetas todo terreno a marcas como Ford, Volkswagen, KIA y Renault.
Anel Alessa Guzmán, directora de Arte de AirDesign, destacó que este tipo de productos no distingue edad o posición económica, ya que hay clientes dispuestos a pagar desde ocho mil hasta más de 30 mil pesos por un kit.
“Con las películas de Rápido y Furioso este tipo de accesorios se hizo moda, pero realmente no lo es, es una cultura que existe desde los años 40, las personas que modifican sus autos lo hacen por cultura, eso nos permite tener un mercado estable”, agregó.
Imprimir personalidad al vehículo con características únicas, es un negocio valorado por Corve Design, empresa instalada en Zamora, Michoacán, a cargo de Francisco Javier Coria, quien diseña y fabrica productos para autos modificados.
“La idea surge de ver autos en revistas e internet, principalmente, me vi influenciado por los estilos asiáticos, hoy en día, ofrecemos splitters, difusores, fenders, alerones, estribos, canards, tomas de aire para los cofres, productos diseñados a la medida de las necesidades de los clientes”, explicó.
A decir de Francisco, los precios varían dependiendo de los requerimientos, pero generalmente van de los tres mil hasta los 40 mil pesos en componentes más elaborados.
“Este tipo de accesorios forma parte de la estética del automóvil, los cuales son adquiridos por fanáticos de la velocidad que buscan tener un toque un poco más rudo. Aunque también tenemos otro tipo de clientes que se inclinan por hacer modificaciones en el motor para ganar potencia. En este negocio, la edad no importa, situación que nos permite mantener el rango de ventas en el transcurso del año”, agregó Coria Vega.
ESTRELLA DE ROCK AND ROLL O PRESIDENTE DE LA NACIÓN
Reconocido por su trabajo en programas como “Tunéame la nave” transmitido en la televisión mexicana por TV Azteca, Mauricio Hernández, “Mau”, uno de los mejores restauradores de autos, remonta su origen a los 17 años, cuando tuvo que migrar a la Unión Americana en busca de mejores condiciones de vida.
Su pasión por los autos y “gasolina en la sangre” como él lo nombra, lo llevaron circunstancialmente a encontrar trabajo en un taller donde fue escalando de lavador de autos, pulidor, entre otras actividades, hasta aprender el oficio de embellecer una máquina de cuatro ruedas.
Bajo el sello West Coast Custom, Mauricio Hernández, se consolidó como un experto en el arte de la modificación de autos, marcando la diferencia entre las tendencias de EU y México.
“Hace 10 años la tendencia estaba muy disparada, en México por desgracia, estamos muy atrasados, porque lo que sucedía allá hace una década apenas se está retomando aquí, como podrían ser los procesos, materiales, herramientas y la cultura de cómo hacer las cosas. Algunos talleres no siempre están dispuestos a invertir para mejorar sus procesos”, detalló.
Asegura que para algunos profesionales de la industria del tuning, eventos como SEMA Show en Las Vegas, Nevada, ofrecen un escaparate de las tendencias que ofrece el sector,
“Como mexicanos siempre buscamos la manera de sobrevivir y si seguimos esa misma línea, en algún momento de la vida vamos a estar a la par de muchos procesos”.
De acuerdo con “Mau”, en nuestro país, la gente se deja llevar por una moda y, por lo tanto, un buen concepto termina “choteado”. Es el caso de las puertas lambo (apertura hacia arriba) las cuales fueron tenencia en EU hace 10 años, instaladas, por ejemplo, en un Camaro con sistemas de seguridad como pistones, materiales y sistemas de adaptación, que costaban mil 200 dólares, y años más tarde, se equiparon en un Vocho, una Caribe, un Pointer, desde dos mil pesos, sin la calidad y seguridad.
A “LA BRAVA”
Algunas modificaciones que implican alterar la estructura del auto requieren estándares de seguridad, “hay gente que se dedica a hacer este tipo de trabajos a “la brava, es ahí cuando se convierte en un riesgo, precisa Mauricio Hernández.
El especialista señaló que hoy en día, todas las partes del auto pueden modificarse, desde el sistema de frenado, el siste- ma de inyección, motor, carrocería, llantas, rines, suspensión, mediante kits especiales que fueron desarrollados por ingenie- ros y fabricados con altos estándares de calidad.
No obstante, dice que existen muy pocos talleres profesionales dedicados a esta industria, “en el país deben existir 25% de negocios de muy buena calidad, 25% de media, el 50% restante, son talleres que no tienen para invertir en herramientas y productos”, advierte.
En un auto bien modificado, el cliente puede destinar hasta 500 mil pesos, aunque generalmente son del tipo de usuarios que han viajado a Estados Unidos y Europa para conocer otras influencias.
“En los próximos cinco años, nuestro país habrá dado un paso más grande en esta industria, lo cual requiere constancia, nunca creer que eres el mejor en tu trabajo y dejar que la gente sea quien lo reconozca”.
¿SEGURIDAD EXTRA?
En México es muy difícil ver que los autos recién sacados de la agencia sean sujetos de alguna modificación, debido a que la mayoría son comercializados bajo algún esquema de financiamiento, lo cual, les impide modificar su estructura. En la mayoría de los casos, los clientes tienen la opción de equipar sus vehículos con los kits que vienen de agencia.
Sin embargo, para Francisco mejorar el performance del motor implica tener expertos en la materia, pero en realidad, dice, no hay muchos especialistas en motores que puedan dar atención profesional a los autos modificados.
Para Mauricio Hernández, los usuarios no modifican sus autos nuevos porque “pierden la originalidad”, además de que un auto modificado requiere de otro tipo de servicios más especializados, lo que a su vez, abre el panorama a los técnicos para profesionalizarse en esta industria, y no sólo, realizar trabajos que vieron en un canal de videos.
CUÁNDO SÍ Y CUÁNDO NO
De acuerdo con el Centro de Experimentación y Seguridad Vial México (Cesvi), realizar modificaciones en el automóvil puede afectar el desempeño correcto de los vehículos, por ejemplo, los spoilers, alerones, estribos o algún otro accesorio, incrementan el peso en la carrocería, según el material con el que hayan sido fabricados, cualidad que conlleva a incrementar el consumo de combustible y la estabilidad en el manejo, incrementando así el riesgo de un accidente.
Aunque asegura, en los últimos años, el uso de fibra de car- bono y materiales termoplásticos aportan ligereza en contraste con otros componentes de metal.
Para los especialistas de Cesvi, las puertas que forman parte del habitáculo aseguran la integridad de los tripulantes, motivo por el que hacer algún tipo de modificación sin ninguna norma de seguridad, tendría un efecto inmediato en la cabina.
De esta manera, la instalación de accesorios que modifiquen la estructura de los vehículos no deberá comprometer la seguridad ni la deformación programada y el funcionamiento de los sistemas de retención.
Carlos Mondragón, gerente de Ingeniería de Ventas para Bridgestone LA, afirma que, cuando el usuario final hace el reemplazo de las llantas, generalmente deja de lado las características que le permiten al auto desempeñarse correctamente.
“En el tuning cambiar una llanta por otra, sin contemplar el índice de velocidad y capacidad de carga, puede tener graves riesgos en el tema de seguridad”, precisa.
Explica que uno de los cambios más comunes que hace el usuario final, es el tamaño del diámetro de la llanta, ya que al colocar un neumático más grande piensan que van a tener un auto con apariencia más deportiva, factor que modifica especificaciones determinadas por el fabricante desde equipo original.
“El diámetro total de la llanta se debe respetar y cualquier tipo de cambio deberá estar en un rango total de +/- 3”, precisó. Apuntó que cuando una marca de autos diseña un producto, solicita las recomendaciones de neumáticos para que éste pueda cumplir con la velocidad y carga para lo cual será fabricado y diseñado, de tal manera que realizar algún ajuste requiere la sustitución de neumáticos que cumplan con la misma medida de equipo original.
“En el segmento del tuning, las medidas más utilizadas son las de 18”, 19” y 20”, consideraciones que deberá tomar en cuenta el usuario al momento de cambiar sus neumáticos, principalmente, los factores de carga y velocidad”, concluyó.
No cumplir con las especificaciones técnicas del fabricante puede resultar peligroso a la hora de hacer modificaciones.