Ante la fuerte competencia que exige el sector industrial, instituciones académicas ofrecen a sus estudiantes nuevas oportunidades para incorporarse a la oferta laboral.
El reto de la educación en México no sólo consiste en ofrecer al mercado laboral egresados de alto nivel educativo, sino en los últimos años subsiste el problema por brindar un panorama adecuado de oportunidades que permita incorporar a los graduados a las empresas.
Por esta razón y debido a su complejidad, la opción educativa automotriz, bajo sus diversas modalidades, ha extendido toda una gama de probabilidades para adentrar a los estudiantes al campo de trabajo que requiere la industria.
De acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2007-2012, impulsado por la administración del Presidente Felipe Calderón, en 2006 el sistema educativo nacional atendió 73 por ciento de la demanda en el país, cifra favorable si se compara con el 59.7 por ciento de 1992.
El PND estima que la educación superior atiende sólo a uno de cada cuatro jóvenes entre los 18 y 22 años, de los cuales un promedio del 94 por ciento estudia a nivel licenciatura y sólo seis por ciento alcanza estudios de postgrado.
De manera similar, el análisis considera que el año pasado la educación superior en el país llegó al 25 por ciento, dato que en contraste con Estados Unidos y Canadá fue de 82 y 63 por ciento, respectivamente. Siendo el campo ingenieril el más desvirtuado, luego de encabezar las áreas sociales y económicas los primeros lugares.
Suma de oportunidades
La creciente búsqueda de oportunidades para adherirse al plano laboral, así como la falta de empleos, ha dado como resultado que los egresados de las universidades eleven el interés por ser cada vez más competitivos.
En este sentido, y a fin de promover las aptitudes de los estudiantes, las mismas instituciones realizan desde competencias estudiantiles para poner a prueba su destreza ante la toma de decisiones, así como la creación de opciones académicas, incubadoras de empresas, entre otros proyectos capaces de establecer la relación entre academia y aparato productivo.
Cabe señalar que como parte de los impulsos por desarrollar el sector industrial en México, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), mantiene sus trabajos en el rubro a través del Centro de Tecnología de Electrónica Vehicular (CTEV), con el objeto de integrar sistemas electrónicos con aplicaciones automotrices, en áreas de manufactura, proveeduría, ingeniería, diseño e integración de sistemas e investigación.
A decir de Eduardo Ramírez, director de soluciones tecnológicas de la institución, la inquietud de aliarse con el ITESO surge a raíz de la necesidad por establecer una relación estrecha entre academia y sector industrial.
“Como empresarios, es prioritario crear en los estudiantes una visión de negocios para el desarrollo de productos, esto facilita la oportunidad para el egresado de adentrarse al trabajo y saber en que posición se va a mover”, indicó.
Explicó que al ser el rubro automotor un campo complejo y siempre activo, se busca contribuir a través la formación de recursos humanos capaces de posicionarse al interior de diversas empresas, al tiempo que se espera mejorar las prácticas de aprendizaje.
Por su parte, Jorge Arturo Pardiña, jefe del Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI) del ITESO, explicó que gracias al CTEV los estudiantes tienen la oportunidad de participar intensamente con una firma para el desarrollo de proyectos.
“Aún no lo hemos contemplado, pero nuestro plan requiere aliarnos con la planta productora, actualmente mantenemos un acercamiento con Siemens para realizar pruebas especificas de producto e investigación en los laboratorios de la institución”, agregó.
También dijo que lo más importante del proyecto es el acercamiento con los futuros profesionales, gracias a la aplicación directa de situaciones reales, lo cual aumenta la posibilidad de intensificar el aspecto tecnológico y electrónico, pues es donde se concentra el rumbo de la industria automotriz.
“En diversas ocasiones no se observa la aportación directa por parte de la academia y tampoco se conoce el beneficio social, sin embargo muchos son los esfuerzos que se realizan por jóvenes emprendedores que buscan una mejor posición”, subrayó.
De forma alterna y con la intención de contribuir a mejorar el rubro automotor, el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), a través de su Centro de Estudios de Competitividad, realizó el estudio “El sector autopartes en México; Diagnostico, Prospectiva y Estrategia”, diseñado para analizar y crear lineamientos estratégicos en los sectores industriales.
Dicho análisis busca proporcionar a los expertos una visión más clara sobre los principales aspectos actuales y tendencias de la industria.
Menciona que entre los retos para las compañías están: la consolidación de armadoras en el mundo, estancamiento de la producción en América del Norte, baja participación de marcas estadounidenses y toma de responsabilidades para los proveedores.