A sus 11 años, Jorge Antonio Contreras Zamarripa, hijo de Tranquilino Contreras, mejor conocido como “Maestro Tranqui” tuvo el primer contacto con las máquinas del taller de rectificación de motores que su padre había fundado en 1943. Pronto descubrió lo apasionante que sería ese mundo para él.
Y convencido de que en esta vida no hay nada como “tener tu propio negocio”, Jorge Contreras se preparó como Ingeniero Mecánico en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del Instituto Politécnico Nacional.
Al terminar su carrera, a los 24 años y, una vez conectado con la mecánica, herencia de su padre, comenzó así con la segunda generación del negocio, integrado por dos talleres y hoy, poco más de cuatro décadas después alista lo que será la tercera generación.
La continuidad del negocio
Como ingeniero, uno de los momentos más apasionantes de su trabajo es ver cómo los motores llegan ‘destruidos’, se reparan, se arman y se echan a andar nuevamente, lo cual le resulta gratificante para su profesión.
“Yo le digo a mi gente que aquí hacemos ingeniería, porque de otra manera, los motores que reparamos no quedarían en óptimas condiciones. No obstante es vital mantenerse capacitado y obtener información, más aún en estos tiempos donde todo se encuentra en internet”, destacó.
Para Jorge Contreras, a pesar de la llegada de autos eléctricos a nuestro país el negocio de la rectificación automotriz aún tiene una vigencia de entre 30 y 40 años.
Asegura que el cambio de tecnología, no sólo afectará a los talleres de rectificación, sino también a la industria de autopartes.
Anotando “home run”
Como director de una empresa 100% familiar, esposo y padre de tres hijos, Contreras Zamarripa asegura que una de sus más grandes satisfacciones es ver crecer a sus hijos en el negocio, pues mientras en otras compañías las nuevas generaciones pierden el interés de dar continuidad a los proyectos, Rectificadora Darmex prepara a su siguiente generación.
Tal es el éxito y compromiso que hay al interior, que durante la pandemia se lograron duplicar las ventas de dos años atrás, “nos fue excelente, porque pesar de la crisis, conseguimos clientes y tuvimos mucho trabajo, lo cual ha sido el resultado de buscar nuevos prospectos y diversificar el negocio a la reparación de motores de gasolina, diésel y maquinaria de construcción.
Además, con el taller mecánico le dimos servicio a dos de las funerarias más grandes en México, ese fue un buen detonante que nos dio crecimiento en 2020”, afirmó.
Gracias a esa infraestructura, actualmente Darmex atiende a empresas como Grupo Bimbo, Coca Cola, Sabritas, Bonafont y Cemex, entre otras.
En las grandes ligas
Sus más de 50 años en el negocio y profesionalización constante, le permiten manejar todas las máquinas que hay al interior del taller, conocimiento que aprovecha para capacitar a su personal, integrado por siete rectificadores y cuatro mecánicos que laboran en el otro negocio.
Profesión que combina con su otra pasión, también herencia de su padre, el béisbol, gusto que comparte con sus hijos y que en el ámbito familiar le ha dado grandes satisfacciones.
“El béisbol te enseña a perder y ganar, controlar tu ira y otros valores. Mi papá me inspiró a seguir sus pasos en el deporte y en el negocio”, concluyó.
”Yo le digo a mi gente que aquí hacemos ingeniería, porque de otra manera, los motores que reparamos no quedarían en óptimas condiciones”.
¿QUIÉN ES?
- Ingeniero Mecánico egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del Instituto Politécnico Nacional
- Miembro de la Asociación de Rectificadores y Reconstructores Automotrices (ARRA)
- Director general de Rectificadora Darmex