Los talleres mecánicos están considerados como Centros de Trabajo de Alto Riesgo. A veces, cuando toco este tema en mis capacitaciones, llego a ver las caras de incredulidad de algunos. ¿Alto riesgo? Ni que trabajáramos en una fundición o una refinería, es un simple taller donde se reparan autos.
Ojalá nunca tuviéramos que tocar este tema, pero conozco muchos mecánicos que han perdido un dedo, un ojo, que se lastimaron la espalda o se provocaron una hernia por un accidente de trabajo. Ninguno de ellos se accidentó a propósito, pero todos coinciden en que se confiaron demasiado. Otros más ya no están con nosotros porque perdieron la vida en un taller por un accidente que se pudo haber evitado. Por todo esto, es muy importante tomar en serio el tema de la Seguridad Industrial.
Entendiendo que un accidente es toda lesión orgánica o perturbación funcional, inmediata o posterior, o la muerte producida repentinamente en el ejercicio, o con motivo del trabajo, cualesquiera que sean el lugar y el tiempo en que se presente, podemos llegar a la conclusión que la posibilidad de sufrir uno de ellos en el taller es muy alta.
Para que se evite un accidente de trabajo es necesario conocer en principio que es lo que lo provoca. Comencemos con las llamadas causas inmediatas, que pueden clasificarse en dos grupos:
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