El comportamiento de las personas siempre está influenciado por creencias o puntos de vista que muchas veces no son comprobables, pero al final se vuelven una costumbre y evitan el avance de nuevos desarrollos tecnológicos. Entre ellos se encuentra el uso del aceite sintético, el cual ha tenido sus oponentes y algunos mecánicos aún se resisten a utilizarlo.
Si hacemos un pequeño análisis, desde inicios de los años 90 la industria automotriz ha tenido un progreso excepcional en la búsqueda de motores más eficientes que permitan la reducción de gases contaminantes.
Sin embargo, lo que no se ha comentado es que el aceite sintético ha eliminado la teoría de: “un solo lubricante para todo los vehículos”. Ya que es el diseño de cada motor es el que define la viscosidad y las especificaciones/homologaciones requeridas.
Asimismo, la incorporación de nuevos sistemas de catalizadores, la evolución de distribuciones variables, el inyector-bomba en los TDI, válvulas EGR y la necesidad de servicios de mantenimiento; ha provocado que los lubricantes se formulen “a la carta” para cumplir con las diferentes exigencias de cada fabricante.
Por sus componentes el aceite sintético tiene ventajas importantes como no dañar los empaques del motor, ser menos volátil, sellar mucho mejor entre los anillos del pistón y las paredes del cilindro, además de obtener una estabilidad de oxidación superior. Además permiten conservar más limpio el motor y procurar mayor eficiencia en el sistema de emisiones.
Por ello, estoy seguro, que los productos sintéticos seguirán ganando terreno entre los consumidores. Los cuales extenderán los periodos de drenado, disminuirán las reparaciones costosas, tendrán ahorros de combustible, motores más limpios y un mejor costo-beneficio en su economía.
Una lubricación adecuada disminuye problemas en los motores.
* Por Lic. Jorge Romero G, Sales Manager México MOTUL