En días pasados tuve la oportunidad de asistir a una reunión en una cámara de comercio en la que se impartió el tema de protección civil. Debido a que la charla se centró en la seguridad en los talleres mecánicos, consideré importante retomar el asunto.
A lo largo de todo el tiempo que he trabajado en el sector automotriz, he recibido noticias desagradables de accidentes que han dañado gravemente o incluso matado a compañeros.
Es un hecho que nadie va a su trabajo pensando “hoy voy a perder un dedo” u “hoy me voy a morir” ¡Claro que no!, acudimos con ideas agradables y diferentes a la posibilidad de sufrir un percance que dañe nuestra integridad física. Sin embargo, la realidad es que los accidentes suceden con mucha frecuencia y pocas veces se les pone la atención adecuada. Lo cual se agrava cuando los empleados se sienten indestructibles y realizan actividades de riesgo.
Cuando se estudia a fondo el tema de seguridad e higiene, llama la atención que las estadísticas de accidentes muestran que el hogar, espacio que sentimos más seguro, sea el lugar en donde más incidentes se presentan. Uno de los principales motivos para sufrir un daño es creer que no va a pasar.
Cuando he tenido la oportunidad de tocar este tema en reuniones con mecánicos, me doy cuenta de que a pesar de saber que pueden sufrir un accidente, se comportan como si no existiera ningún riesgo.
Conozco técnicos a quienes les faltan dedos, los perdieron al ser atrapados por una banda o un engrane, y muchas veces fue debido a que alguien encendió el motor cuando le estaban metiendo mano. A pesar de que todos estamos conscientes de que eso puede ocurrir, aún se puede ver esa torpe broma de darle marcha “para espantar” al compañero.
La gran mayoría de los accidentes se pueden evitar, pero no todos los talleres están equipados con las suficientes medidas de seguridad y protección. Por ejemplo, muchos dueños se conforman con cumplir manteniendo sus extintores cargados, pero no van más allá, es por eso que todavía podemos encontrar una infinidad de condiciones y actitudes inseguras en nuestros lugares de trabajo.
Déjame enumerarte algunas de las más comunes:
Condiciones inseguras
- Pisos con grasa
- Instalaciones eléctricas deficientes
- Maquinarias con partes en movimiento sin guardas o cubiertas
- Sustancias peligrosas expuestas(gasolina, tíner, ácido de baterías, aceites quemados, basura que puede incendiarse y chatarra acumulada que puede caer)
- Equipos de soldadura sin protección
Actitudes inseguras
- Cargar grandes pesos sin protección o con posturas inadecuadas
- Bromear activando maquinarias o equipos
- Usar inadecuadamente el aire comprimido
- Lanzar objetos
- Colocar objetos en el paso o atrás delas personas que están trabajando
- Desconectar mangueras de combustibles y dejarlas sueltas y abiertas
- No utilizar los equipos de seguridad
- Jugar en el taller.
Cuando una condición y una actitud inseguras se unen, el peligro de un accidente se incrementa. Insisto, a nadie le pasa por la mente causar daño, tal vez la intención es hacer una pequeña broma, pero las consecuencias pueden ser desastrosas. En otras ocasiones sucede que alguien detecta algo inseguro y no lo reporta.
Un conocido me platicó que mientras cambiaba un resorte de suspensión, cuando aún estaba comprimido, escuchó un leve trueno y después sintió un fuerte golpe. El compresor se había roto, sacándole el ojo del impacto. Lo triste de esto es que la persona que lo había ocupado antes notó una pequeña fisura y no lo reportó para que fuera desechado o reparado.
Trabajar en un taller tiene sus riesgos, sin embargo, entenderlos y conocerlos nos puede ayudar a cuidar nuestra salud e integridad.
Uno de los principales motivos para sufrir un daño es creer que nada va a pasar